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domingo, abril 25, 2010

Los corsarios de Ibiza


Al desembarcar en Ibiza (la Vila) y salir del recinto del puerto, nos encontramos con una especie de obelisco de reducidas dimensiones al que, con las prisas de la llegada no se le presta demasiada atención. Es en el viaje de regreso y mientras esperas embarcar, cuando observas con más detenimiento al  curioso monumento situado justo enfrente de la pequeña estación marítima*.
 (*Desde el 1 de julio de 2013, la antigua estación marítima ha quedado inactiva, pasando al nuevo muelle de Botafoc).

Se trata del monumento a los corsarios de Ibiza, al parecer, el único erigido a nivel mundial en homenaje a tan singulares trabajadores de lo ajeno (con permisos reales).

La idea de erigir un monumento a los corsarios ibicencos, surgió del sacerdote y escritor Isidoro Macabich, quién ante el cumplimiento en 1906 del centenario de uno de los hechos más significativos de la historia de Ibiza, la captura del barco corsario inglés "Felicity", publicó el 2 de junio de 1905 en el "Diario de Ibiza" una carta titulada "Una fecha y un proyecto" proponiendo  construir un monumento en conmemoración de la hazaña, idea que recibió la aceptación de los isleños, creándose una comisión para ocuparse del asunto y abriéndose una suscripción popular para sufragar los costes.

Ibiza: Monumento a los corsarios
Foto Gom
 Tras la entusiasta colocación de la primera piedra en Julio de 1906, el proyecto quedó paralizado hasta que a finales de 1913, se da nuevo impulso a la propuesta.

El periódico, "El Siglo Futuro", publicaba en su número de 5/12/1913 la siguiente gacetilla:
"Por la Alcaldía de Ibiza se han cursado invitaciones a todos los buques, Centros y dependencias de Marina de guerra y personal de la misma, para contribuir a la suscripción que en aquélla capital se ha abierto a fin de recaudar fondos con destino al monumento que se piensa levantar para honrar la memoria de los antepasados que lucharon heroícamente para limpiar nuestras costas mediterráneas de buques corsarios.
La suscripción terminará el día 1º del próximo año".
En 1914, con los fondos conseguidos tras numerosas y arduas colectas, rifas y peticiones, se encarga la elaboración del proyecto al taller del arquitecto barcelonés August Font i Carreras.

Las piezas de piedra labrada fueron transportadas gratuitamente desde Barcelona, por buques de armadores ibicencos.

Finalmente, el 6 de agosto de 1915 y con una multitudinaria participación ciudadana, se inaugura el monumento, recordándose este acontecimiento anualmente en la festividad de El Salvador, a primeros del mes de agosto, con la celebración de un acto junto al monolito.
                                                                                                  
Inauguración del monumento a los corsarios de Ibiza.
Mundo Gráfico , 18/08/1915
Fotografía: Revert
Quiero pensar que los motivos por los cuales los ibicencos erigieron un monumento a los corsarios van más allá de las razones que desencadenaron la idea y el empeño de D. Isidor Macabich, y que de alguna forma también influyó la memoria histórica y tradición corsaria de las gentes de la isla de Ibiza.

La «patente de corso» fue utilizada principalmente por los gobiernos franceses y sobre todo ingleses, como una forma de menoscabar y anular los abastecimientos y suministros de mercancías de otros países.

En España no es hasta bien entrado el siglo XVII y sobre todo el XVIII y principios del XIX, cuando los corsarios españoles adquieren una cierta relevancia como elementos de apoyo a la Marina Oficial que se muestra insuficiente para proteger las largas costas de las posesiones americanas y las rutas marítimas, por lo que la Corona, considerando las ventajas de contar con la ayuda de barcos armados por particulares, regula la actividad corsaria mediante la promulgación de Ordenanzas Reales.

En el ámbito mediterráneo, existía una larga tradición corsaria en la que los corsarios de las islas Baleares tenían gran protagonismo, actividad de riesgo sin duda, pero que les procurará notoriedad, prestigio y fortuna, convirtiéndose la actividad corsaria en una profesión heredada en ocasiones de padres a hijos, siendo una importante fuente de ingresos y de desarrollo dentro de la precaria economía isleña, especialmente la ibicenca.

En un principio el objetivo principal de los corsarios isleños, serán los barcos berberiscos, pero tras la captura de Argel por los franceses, la nacionalidad de las embarcaciones capturadas variarán en función de las alianzas estratégicas centrándose en los navíos ingleses, a partir de la firma en agosto de 1796, entre España y Francia, del llamado Pacto de San Ildefonso sellado entre ambas naciones para luchar contra Gran Bretaña.

Entre los corsarios ibicencos más célebres destacan Pere Bernat a quen otorgó cédula real Pedro de Aragón en 1359, Lorenzo Mauricio, Juan Marí «Durbá», Damian García Tur, Andreu Coll, Miquel Tuells, Juan Riquer, Pedro Sala Medines, Juan Sala Prats y su hermano Francisco Sala Prats, Gabriel Sala Medines, hijo de Juan; Jaume Planells de Jaume y su hijo Jaume Planells Ferrer «Sit», Mariano Selleras, Marcos Riquer Palau, y sobre todo el más conocido, Antonio Riquer Arabí, protagonista de la hazaña más recordada y celebrada, la captura del barco corsario inglés «Felicity», un bergantín matriculado en Gibraltar y al mando de Miquelle Novelli, un capitán italiano natural de Ancona, conocido por su apodo de "el Papa".

Acceso principal a la zona amurallada de Ibiza (Dalt Vila)
Foto Gom
En su número de 6/02/1931, el periódico "El Heraldo de Madrid" publicó un extenso trabajo del escritor Francisco Fdez. Villegas "Zeda", sobre Ibiza y la gesta de Antonio Riquer, de donde extraigo los párrafos siguientes que relatan de manera novelada el acontecimiento:

 LA VOZ DE ALARMA
 Isla de Ibiza, 1 de junio de 1806. Una almena de las murallas que atalaya el mar. Unos marinos examinan inquietos y alarmados la líquida superficie. Un buque se acerca a la costa inflado todo el velamen...
 Los marinos lo siguen atentamente, enfocándolo con un catalejo: es un corsario enemigo; lleva la bandera inglesa a popa; el gallardete ondea a la pena de la mayor; en el trinquete, la bandera roja. Aparenta unas doscientas cincuenta toneladas. Lleva abundante artillería: obuses de a dieciséis y cañones de a doce y de a diez. Se puede leer su nombre, escrito en letras doradas: "Felicity".
  -¡Nos desafía!
  -Es la fragata de Miguel Novella, "el Papa"...
  -¿Atacará la isla?
 Voltean las campanas de la iglesia de Santa María la Mayor. Las gentes se apretujan en los miradores de la Peña, de la Muralla y de Dalt Vila. Miles de miradas siguen ansiosas al buque enemigo. Este se acerca insolente a la costa ebusitana. La mulltitud repite aterrorizada el nombre del implacable corsario:
 -¡Es el buque del "Papa"! ¿Atacará la isla?
 El capitán de la fragata británica "Felicity"-Miguel Novella, de Ancona (a) "el Papa"-era temido en todo el Mediterráneo. Nada habían podido en contra suya los corsarios de España.
"LOS QUE QUIERAN MORIR ¿QUE VENGAN!"
 El jabeque corsario número 503, "San Antonio y Santa Isabel", de setenta y dos toneladas-llamado el "Vives" entre la gente marinera-, estaba en seco, carenando y reparando algunos desperfectos.
Maqueta de jabeque
 Mientras dirigía los trabajos su capitán, Antonio Riquer Arabí, acompañado de su padre, segundo capitán del jabeque, enteróse del reto de la fragata inglesa. Inmediatamente decidió abordarla y hundirla. Intentó disuadirle su padre; el hijo se negó rotundamente: había que ir a la muerte si era preciso. Insistió el viejo lobo de mar y entonces el marino Riquer hubo de recordarle:
-Soy el capitán del jabeque. Puedo ordenar y ordenaré que el "Vives" sea botado al agua. Vos quedaréis en tierra. A vuestros años y con vuestros achaques sería insensato meteros en esta aventura...
 El anciano se irguió entonces. Si el "Vives" se hacía a la mar no lo haría sin que el segundo capitán ocupara su puesto. No consentiría otra cosa, ni como marino ni como padre. Cada uno cumpliría con su deber.
 La tradición ha ido reviviendo de boca en boca la esencia del diálogo y la frase abnegada del heroico marino.
Retrato de Antonio Riquer
Cuadro de Narcís Puget Viñas
 LA MISA ANTES DEL COMBATE
 Interín se dejaba al "San Antonio y Santa Isabel" en condiciones de mantenerse a flote-"el tiempo preciso para hundir al inglés y volver a tierra", como había dicho el bravo marino, el capellán D. José Iturrit se dirigía a la iglesia de San Salvador para oficiar una misa. Siguiéronle casi todos los tripulantes del jabeque. El paso de la comitiva hacia el templo fue presenciado por el pueblo de Ibiza con emocionante silencio.
 La dama doña María Arabí acompañó durante el religioso acto a su esposo y a su hijo, el capitán Riquer. Este no dejaba traslucir en su rostro ni la más leve huella de emoción. Oyó la misa serenamente, al lado de sus padres. Muchas madres, esposas e hijos de los tripulantes lloraban calladamente, presintiendo el drama que iba a desarrollarse. A las ocho de la mañana salieron de la iglesia. El pánico seguía apoderándose de los vecinos de Ibiza: la fragata "Felicity" rondaba la isla, enfocando sus cañones hacia la costa. Unos campesinos que acababan de entrar en la ciudad-muy mudados ellos; muy enjoyadas ellas, regresaban asustados al interior. Era el día de la Santísima Trinidad, fiesta solemne en Ibiza.
 EMOCIONANTE DESPEDIDA
 Las gentes que seguían las evoluciones del "Felicity" volvieron los ojos hacia el puerto. El jabeque "San Antonio y Santa Isabel" manteníase ya a flote. Según afirmó el guardián Xicu Planells "resistiría bien si dos o tres tripulantes cuidaban de achicar el agua". El armero, Toni Torres, dirigía el montaje de la artillería: dos cañones de a ocho, cuatro de a seis y dos de a cuatro. También se instaló un obús de a dieciséis y se embarcaron varias cajas de "frascos de fuego". Luego salió del puerto y se largaron velas. Llevaba a su bordo una treintena de hombres.
 Una multitud enorme acudió a despedir a los abnegados marinos. La madre del capitán Riquer quiso besar a su hijo antes de la partida. Mientras el jabeque permaneció atracado logró mantener toda su entereza y serenidad; cuando el barco enfocó la boca del puerto, infladas todas us velas, la dama sintió desfallecer. La esposa del tripulante Juan Bautista Torres, Manuela Riusech tuvo que acompañarla a su casa...
 Ondeando la roja bandera de combate, la fragata "Felicity" seguía rondando la costa-"con desprecio y majestad", a cosa de dos leguas al sur de la isla...
Frontis existente en el principal acceso a Dalt Vila,
conocida como "Porta de les Taules"
Foto Gom

 ¡ANIMO Y AL ABORDAJE!
Serían las nueve de la mañana cuando se hizo a la vela el jabeque corsario. La fragata inglesa inició un movimiento de retirada. Luego viró modificando su rumbo en sentido oblicuo. La gente seguía la caza del pirata con vivo interés. Ondeaban desde la muralla pañuelos y banderolas, en vuelo jubiloso, para animar a los tripulantes del "San Antonio y Santa Isabel". A las cuatro de la tarde consiguió aproximarlo y pudo darse cuenta de la "gran superioridad del buque, mayor calibre y número de la artillería enemiga". El jabeque le hizo cuatro descargas con toda su artillería, respondiendo el buque inglés con sólo dos cañonazos. El segundo de los disparos barrió la cubierta del velero ebusitano, destrozando a un tripulante y malhiriendo a cinco; uno de éstos fue el segundo capìtán, Francisco Riquer. El comandante del jabeque, al ver caer a su padre, perdió por breves instantes su serenidad y su aplomo.
 El anciano exhaló en brazos de su hijo el postrer suspiro. Inmediatamente se rehizo el marino D. Antonio Rqiuer. La ira habíale encendido el semblante. Arrinconó a estribor el cuerpo de su padre, cubriéndolo piadosamente con una bandera. Luego se volvió a sus marinos, enérgico y sombrío:
-Al abordaje, ¡ánimo!
A los pocos instantes el velero ibicenco conseguía abordar a la fragata inglesa, asegurándola con sus arpones. Arrojándole frascos de fuego los corsarios ibicencos barrieron la cubierta del navío británico. Respondía éste al abordaje con descargas de fusiles y trabucos y arrojando granadas de mano. Otros tripulantes del jabeque ebusitano cayeron heridos o muertos. A los veinte minutos de combate se rendía la fragata "Felicity". El marino Riquer fue el primero en subir a su bordo, recogiendo la documentación prevista en la Ordenanza. El joven capitán anconés -veintisiete años-, el temido "Papa", se le entregó sin resistencia:"¡Resignación! Otra vez me tocará ganar a mí".
Los frascos de fuego se llenaban de pólvora y provistos de una mecha cebada con un mixto inflamable se lanzaban a la cubierta de los barcos (de la web.todoababor.es)
 Cayeron prisioneros el comandante de la fragata, el segundo capitán y 45 tripulantes. Además se rescató a cuatro marineros, prisioneros del navío pirata.
 El testigo presencial de la hazaña D. Ignacio Riera, promotor fiscal de Ibiza en 1806, relata el final de la épica jornada afirmando que "en breves oras vimos con singular juvilo el pavellon Inglés como trofeo de nuestro Católico Monarca". 
EL GLORIOSO REGRESO DEL "SAN ANTONIO"
 La triunfal entrada del jabeque "San Antonio y Santa Isabel" en el puerto de Ibiza fue algo de indescriptible emoción: júbilo por la victoria, duelo por las víctimas. El capitán corsario hizo enmudecer a los que le aclamaban, mostrándoles el cuerpo exánime de su padre. Cesaron los vítores, aquietáronse las banderolas. Las hijas, las viudas y las madres de los muertos abrazábanse a los ensangrentados restos de sus deudos.
 Primero se desembarcó a los heridos graves y luego se alineó sobre el andén a los corsarios muertos: Francicso Riquer Riera, Antonio Serra Grisaldo, José Pujol Torres, Pedro Sala Alarcón y Manuel Pujol Costa.
 La vista de los héroes muertos hizo vibrar de ira a los pechos ebusitanos. Sólo a la Historia es dable -al cabo de los años, apagadas ya las pasiones- situar en justicia al enemigo. Transcurrido más de un siglo puede reconocerse noblemente realzándose con ello la heroicidad del marino Riquer, que el capitán del "Felicity", Miguel Novella, "el Papa", fue también un bravo marino, abnegado y valeroso. Es humanamente disculpable, empero que entonces -viva y sangrante la herida- cantara vindicativo el pueblo:
"Cuando lo llevaban preso
por la calle del Torreón
toda la gente decía:
¡Dadle muerte a este bribón!".
Vista de Dalt Vila desde uno de sus baluartes
Foto Gom
           EPILOGO DE LA GESTA
 Los muertos fueron enterrados al día siguiente en la iglesia de Santo Domingo. El día 15 de dicho mes falleció a consecuencia de las heridas recibidas en el combate el tripulante del "San Antonio" Lucas Costa Sánchez. Al cabo de un mes dejaba de existir otro: Juan Bautista Torres Riusech. Ambos fueron enterrados también, en la iglesia de Santo Domingo.
 El dia 4 de junio de 1806, por el comandante de Marina D. Antonio de Palacios, se abrió expediente para averiguar la legitimidad de la presa. Según  la declaración del capitán Riquer, la tripulación y armamento del buque enemigo lo componían "sesenta y cinco hombres, con dos cañones de a diez y ocho, cuatro de a veinte y cuatro, uno de a cuatro, cuarenta y ocho chuzos y seis caxones de granadas de mano".  El mismo capitán de la fragata inglesa confesó que no tenía "nada que alegar sobre su apresamiento por ser bien hecho", según  textual declaración.
 El rey confirió al capitán del corsario D. Antonio Riquer el grado de alférez de fragata y diez escudos mensuales de pensión. Concedió a las familias de los muertos otras pensiones que oscilaban de tres a seis escudos. A Bonfill Escot y Xuan Llahuet-ta se les indultó de sus condenas, "en atención al servicio que hicieron y de que resultaron heridos gravemente". A otros tres presidiarios se les rebajó de cuatro años la condena que estaban cumpliendo, y en cuanto al capellán D. José Iturrit, que también salió herido, se recomendó su mérito al ministro de Gracia y Justicia.
Autógrafo de Antonio Riquer
 Los tripulantes de la fragata "Felicity" fueron condenados a trabajos forzados en la ciudad de Palma durante el tiempo que durase la guerra con Inglaterra, sentenciándoseles como piratas, de acuerdo con las leyes entonces vigentes. La sentencia fue revocada por la superioridad, según comunicación del príncipe de la Paz, fecha de 6 de septiembre de 1806, se les debía considerar como prisioneros ingleses y como tales entregados al comisionado en Ibiza don Edmundo G. Wallis. Poco después los prisioneros fueron canjeados.
  El capitán de Ancona siguió luego combatiendo, con mayor fortuna, a las embarcaciones españolas. Así lo relata una carta fechada en 20 de marzo de 1807, dirigida al corsario ibicenco Mariano Selleras por don Ramón de la Cendra, delegado en Almería de la Real Hacienda: "He instruido a S.E. del combate del Papa con las dos lanchas de la Rl. Armada y modo con que ha tratado a los ibicencos; ha manifestado sentimiento y deseo de que se le sacudan las pulgas, y está crehído de que si se encontrase con el guapo Selleras, que ansí le nombra, se conseguiría". Si es cierto que "el Papa" se vengaba de este modo de los que le vencieron en buena lid, cabe reconocer que ello constituye una imborrable mancha de cobardía en su valeroso historial.
 El capitán Riquer siguió haciendo cruceros de corso hasta julio de 1828, en que fueron desarmados tales barcos por orden del Gobierno. A los cuarenta años de su más famosa hazaña, y a los setenta de su edad, falleció en Ibiza olvidado y pobre. 
Monumento a los corsarios entre la niebla 
Foto Gom 
  
Realmente Antonio Riquer murió a los 73 años de edad, el día 2 de Julio de1846. Tuvo dos hijas, una en cada uno de sus matrimonios, en el primero casó con Isabel Tur i Tuells, y al poco de morir su primera esposa contrajo segundas nupcias con Claudia Mir, quien le dio su única descendiente, de nombre Antonia.
                                      
La actividad del corso a nivel internacional se mantuvo hasta 1865, año en el que en un Congreso Internacional, Alemania, Francia, Inglaterra, Prusia, Cerdeña, Rusia y Turquía suscribieron la declaración que ponía fin a la actividad corsaria con permiso de los gobiernos. España, al igual que los Estados Unidos y México no firmaron el acuerdo, si bien en el caso de España dejaron de otorgarse los "Reales Pasaportes" como se llamaban a las patentes de corso, y finalmente el 20 de enero de 1908 suscribió el tratado.
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Una web sobre el  tema:  http://www.todoababor.es/articulos/blog-corsarios-parte1.html