1800
La falta de medios de España para defender sus rutas comerciales con América, el abrumador dominio marítimo de la marina inglesa, y el estado ruinoso de la Hacienda, amén de la falta de autoridad de la desacreditada corte española, obligan a firmar con Francia un segundo tratado de San Ildefonso, según el cual, la flota naval española se pondría a disposición de los intereses napoleónicos. La oposición a esta política entreguista del primer secretario Urquijo, junto a las maniobras del ministro Caballero y la oposición de la Iglesia, provocarán el relevo de Urquijo por Pedro Cevallos.
De acuerdo con este tratado, el Consulado francés aumentaría los territorios en Italia del duque de Parma, hermano y consuegro de la reina María Luisa. A cambio, España cedería la colonia de la Lousiana americana y facilitaría su ocupación por los franceses, también pondría a disposición de Francia, seis navíos aparejados y artillados, además de una importante suma de dinero.
Aunque en este segundo tratado no se mencionaba a Portugal, seguían vigentes los acuerdos del anterior tratado según el cual, España se comprometía a conseguir la neutralidad del país vecino, y a que rompiera su alianza con Inglaterra.
Croquis representando la batalla de Brión (Retoques: los números de la leyenda han sido coloreados y agrandados) Fuente: Museo Naval |
1801
La debilidad de la monarquía española y su sumisión a Napoleón Bonaparte, llevan a la firma de dos convenios con Francia. El firmado en Madrid, el 29 de enero, por Pedro Cevallos, primer secretario y Luciano Bonaparte, embajador francés y hermano mayor de Napoleón, daba un ultimátum a la regencia portuguesa para romper su alianza con Inglaterra, y si transcurridos quince días no se hacía efectiva, se daba por declarada la guerra de España y Francia contra Portugal. Por el segundo convenio, firmado en Aranjuez el 13 de febrero por Godoy y Luciano Bonaparte, la Armada española quedaba comprometida a actuar conjuntamente con la flota francesa, en los diversos frentes abiertos contra la Gran Bretaña.
En este año únicamente, ocurrió un episodio bélico destacable con Inglaterra, resuelto en dos actos, conocidos como batallas de Algeciras. Tuvo lugar el primer episodio el 6 de julio, sin un vencedor claro, y un segundo suceso, el día 12 del mismo mes, en el que una escuadra inglesa procedente de Gibraltar, se enfrentó a una formación de buques franceses, acompañados por siete barcos españoles. La hábil maniobra de un navío inglés pasando entre los barcos San Carlos y San Hermenegildo, disparando por ambos lados de cubierta, y la confusión por la oscuridad de la noche, provocó que ambos navíos españoles se cañonearan entre ellos. El desastre ocasionó la muerte de casi 1800 marinos y la pérdida de varios navíos.
La segunda batalla de la bahía de Algeciras, 12 dejulio de 1801 Cuadro de Thomas Whitcombe Colección privada. Reino Unido Fuente: Rountree Tryon Galleries |
Al no conseguirse la neutralidad portuguesa, el 27 de febrero, es declarada la guerra al país vecino. Godoy, que había recuperado la confianza real, es nombrado Generalísimo de un ejército compuesto por unos 75.000 hombres, de los cuales unos 15.000 eran franceses al mando del general Leclerc, cuñado de Napoleón. A su vez, Portugal convocó un ejército de unos 40.000 soldados, sin poder contar con la ayuda inglesa, ya que Inglaterra se negó a prestarle auxilio si las tropas no estaban al mando de un general inglés. El 20 de mayo entran las tropas españolas en Portugal y, son rendidas las plazas de Olivenza y Jurumeña. Los soldados avanzan hasta los castillos de Yelves y Campomayor, deteniéndose en los jardines de los fosos, donde crecen naranjos. Tras algunos pequeños enfrentamientos y escaramuzas, favorables a las tropas españolas, los contendientes firman la paz, comprometiéndose Portugal a cerrar sus puertos a los barcos ingleses. La denominada Guerra de las Naranjas, duró escasos dos meses y entre otras cláusulas, Portugal reconoció a España la posesión de Olivenza y su distrito, reintegrándose al país lusitano, el resto de plazas y poblaciones ocupadas.
Olivenza: Torre del Homenaje (siglo XIV) Foto Gom |
Del acuerdo de paz firmado en Badajoz, no quedó muy satisfecho Napoleón, primer cónsul, ya que no había obtenido beneficios del conflicto, negándose a ratificarlo, trámite que ya había formalizado Carlos IV. La cuestión se resolvió obligando a Portugal a satisfacer una indemnización, de la que salieron beneficiados el general Leclerc y el propio Napoleón, a cuyo bolsillo particular fueron a parar diez millones de francos. Solo así, el tratado de paz pudo ser ultimado en Madrid, y a partir de entonces, las tropas francesas en la Península empezaron a abandonarla lentamente, aunque no sin causar roces con la población.
En octubre, Francia e Inglaterra pactan las condiciones de un acuerdo de paz, que guardan en secreto y que deberá ser ratificado meses más tarde. Una vez más, Francia pactaba de espaldas a España, su aliado.
En el ámbito nacional, hay que reseñar los disturbios acaecidos en el reino de Valencia, por la oposición popular a la creación de seis cuerpos de milicias, de cuya obligatoriedad estaban exentos los antiguos reinos de la Corona de Aragón. En este caso, la prudencia y el acierto de Godoy, consiguió que se suprimiesen la creación de las milicias, mediante la publicación de un decreto extraordinario, que apaciguó los ánimos, "todo se calmó como por encanto; y que un pliego de papel bastó para hacer caer las armas de las manos de millares de individuos, donde se llegó a creer que a duras penas bastaría para conseguirlo un ejército numeroso." (Memorias de Manuel Godoy). No obstante, los disturbios ocasionaron la muerte de civiles, que años más tarde sería una de las causas de la trágica muerte del barón de Albalat, comandante de las fuerzas encargadas de reprimir los alborotos.
1802
El tratado preliminar negociado entre Francia e Inglaterra, es ultimado y dispuesto para su firma en Amiens. En las negociaciones interviene el embajador español Azara. Lo más positivo del acuerdo, aparte de terminar con la guerra, fue la recuperación de la isla de Menorca, y lo más lesivo, la pérdida definitiva de la isla de Trinidad. El tratado fue firmado el 27 de marzo.
1803
Poco dura la paz con Inglaterra firmada en Amiens, y Francia vuelve a involucrar a España en su conflicto con Gran Bretaña, que vuelve a recrudecerse. Godoy intenta mantenerse neutral, especialmente por el estado de bancarrota del Tesoro Público, y agotamiento general de la nación, pero el continuo avasallamiento de Napoleón, y los reiterados ataques ingleses a los barcos españoles, acaban provocando la entrada de España en el conflicto.
Para colmo de desgracias, este año se recrudece la crisis alimentaria provocada por las malas cosechas de cereal. A la hambruna se unirá la aparición de epidemias. La calamidad se prolongará hasta 1805 y tendrá especial relevancia en la meseta Norte.
1804
En abril y junio son dictadas reales órdenes para que en todas las ciudades, y poblaciones del Reino en general, se construyesen cementerios en lugares apartados de los núcleos habitados, con el objeto de erradicar los insalubres enterramientos dentro de los templos. El influyente clero, que con tales medidas perdía una fuente de ingresos, se opuso, y culpó a Godoy de las medidas, que en tiempos de Carlos III ya se habían intentado adoptar, con escaso éxito.
1805
Napoleón se repondrá del disgusto de Trafalgar, derrotando a la coalición austro-rusa en la batalla de Austerlitz, el 2 de diciembre.
Vista general del combate de Trafalgar 21 octubre 1805 Cuadro de Rafael Monleón y Torres (1821-1890) Fuente; Museo Naval |
Partición aproximada de Portugal según el tratado de Fontainebleau Elaborado con plano base tomado de The World Factbook |
Sucesos de El Escorial: arresto de Fernando Ilustración de Lucius Rossi The life of Napoleon Bonaparte, William Milligan Sloane Fuente: The Century Magazine |
Esta situación ayudó a crear dentro del reino,
una facción o partido, llamado fernandino o ultramontano, que aunque tenía como cabeza visible
al príncipe de Asturias, era
maniobrado por un antiguo preceptor de Fernando, el canónigo, Juan Escoiquiz,
quien con ayuda de personajes de la nobleza, que confabulaban en la sombra, se pusieron como objetivo derribar a Manuel
Godoy.
Frente a los partidarios de Fernando, estaban los
que seguían fieles a los reyes, sus
padres, y consiguientemente al valido, aunque hechos futuros demostrarían la endeblez de estos apoyos.
Uno y otro bando, no dudaban en humillarse ante
Napoleón, a quien le transmitían reiteradamente su admiración y pleitesía,
pensando en asegurar su futuro con la protección del omnipotente emperador.
Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial Fuente: Web Patrimonio Nacional |
Al hallarse Godoy en Madrid, casualmente enfermo,
Carlos IV hizo llamar al ministro de Gracia y Justicia, para analizar los papeles, en los que se
hacía una exposición sesgada de los vicios y excesos de Godoy, y se acusaba al favorito de
querer apoderarse del trono, y acabar con la real familia. En el escrito se pedía detenerlo, así como a su
amante y sirvientes, y enviarlo a un castillo, al tiempo que se le embargaban
los bienes. También pedía Fernando a su padre que no hablara a solas con su madre. En los papeles incautados también se detallaban, las conversaciones secretas mantenidas con el embajador francés, sobre la pretensión de Fernando de casarse
en segundas nupcias, con una princesa de la familia de Napoleón.
Por la trascendencia de la situación, Carlos IV pidió consejo a Godoy, quien conocedor de la gran popularidad que gozaba el príncipe de Asturias, y ante el temor de que Napoleón, cuyas tropas marchaban camino de Portugal, pudiera intervenir en la disputa familiar, procuró dar carpetazo al asunto cuanto antes. Para ello, se entrevistó con Fernando, al que propuso que pidiera perdón a sus padres por escrito. El día 5 de noviembre, se publica el decreto de perdón de los reyes a su hijo. Los procedimientos del sumario abierto para juzgar la causa, duraron hasta 1808, año en se dictó la sentencia, quedando absueltos la mayoría de conjurados, y con el destierro de Escoiquiz, el duque del Infantado, el de San Carlos y otros implicados por Fernando en la conjura.
Retrato de Santiago Liniers y de Bremond Cuadro de autor anónimo Fuente: Museo Naval (Cuadro original en Buenos Aires) |
1807 - Los ingleses atacan Buenos Aires y son rechazados Grabado de José Mª Cardano Retoques: recorte de la lámina original, coloreada digitalmente Fuente: Biblioteca Nacional de España |
- Javier Tusell; Rafael Sánchez Montero. Historia de España. El Siglo XIX. De la Guerra de la Independencia a la Revolución de 1868. Tomo XII. Edición para Biblioteca El Mundo. Pozuelo de Alarcón (Madrid), Editorial Espasa Calpe, 2004.
- José Gómez de Arteche. Historia General de España. Reinado de Carlos IV. Tomo II. Madrid. El Progreso Editorial, 1892.
-Modesto Lafuente; Juan Valera. Historia General de España. Desde los tiempos primitivos hasta la muerte de Fernando VII. Tomos XV y XVI. Barcelona. Montaner y Simón Editores, 1889.