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sábado, mayo 30, 2020

Subida al Pico de la Zarza. Fuerteventura

Queda un día de estancia en la isla canaria de Fueteventura y nos proponemos subir hasta el punto más alto de esta sorprendente isla, el llamado Pico de la Zarza o Pico de Jandía. Ayer lo intenté junto con Mar, pero malinterpreté la descripción que venía en la guía oficial de la Red de Senderos de la isla, y nos fuimos por un camino equivocado que partía del pueblo de Morro Jable, tal como ponía en la publicación, pero que conducía al extremo meridional de la isla, el faro de Jandía.
Sendero GR-131. Etapa 9. Morro Jable
Foto Mar

Tras un accidentado recorrido por una estrecha senda, con algunos tramos de no más de 50 cm de ancho, que discurría por laderas bordeando cortados y barrancos, hicimos una parada para descansar, y por mi parte para intentar centrarme, porque no estaba seguro de que aquél fuera el camino. La casualidad o providencia vino en nuestra ayuda, cuando vimos a un senderista que llegaba caminando a toda máquina, y pudimos preguntarle dónde estábamos, amablemente nos indicó que íbamos en dirección contraria, y que aquélla senda formaba parte de la última etapa (9) del sendero principal de la isla, el GR-131 que discurre desde Corralejo, en el extremo norte hasta la punta sur de la isla, y que con unos 255 km. de trazado, él lo había estado realizando durante varios días.

Volvimos tras nuestros pasos y aprovechamos para pasar el resto de la mañana en una playa cercana. Por la tarde de ese día me informé más detalladamente de la ruta que pretendíamos hacer al día siguiente.
Características de la ruta
Red de sendero. Cabildo de Fuerteventura


Pero con el nuevo día, Mar, escarmentada por la experiencia del día anterior, y temiendo tener que andar por sendas de no más de medio metro de ancho y por laderas escarpadas, me dice que pasa de acompañarme a la subida del Pico de la Zarza, y que prefiere pasar la mañana en la playa y visitando tiendas. ¡Sabias mujeres! 

Me pongo en marcha aunque en solitario, solución que según los expertos y el sentido común, hay que evitar. El trayecto a recorrer es lineal de ida y vuelta. Tiene unos 7,50 km. de longitud en cada sentido y con un desnivel a salvar de poco más de 800 metros desde donde arranca, hasta la cumbre de 814 metros de altitud. El trazado no ofrece dudas para perderse y está bien señalizado. La caminata de subida fue llevadera, pero el regreso se me hizo largo y pesado. El camino lo compartía a tramos con grupos de excursionistas andarines, algún que otro corredor, casi todos ellos alemanes, y también con ciclistas. 

Perfil de la ruta de subida al Pico de la Zarza. Fuerteventura
Google Earth

El itinerario que conduce hasta el Pico de la Zarza, comienza en la rotonda que hay al comienzo de la zona turística, que toma el nombre del antiguo pueblo pesquero de Morro Jable, situado a unos 3 km. hacia el sur. La rotonda tiene en su centro una especie de vela y postes que pretenden representar un velero. Casi todo el recorrido de la ruta se hará cuesta arriba, con pendientes suaves o medianas, salvo en los tramos finales, en que la cuesta será más pronunciada.

Poste indicador del sendero
Foto Gom, 2016

Desde la rotonda subimos por la acera de la calle el Quijote que da acceso a una urbanización que queda a su izquierda, y seguiremos hasta la primera travesía, la calle Sancho Panza, cuya dirección tomaremos y que continuará por una carretera asfaltada. Este será el único tramo con los únicos árboles que se verán en todo el recorrido. Cuando llevamos andados unos 950 m., el vial asfaltado se desdobla y aparece a su derecha un camino de tierra, que debemos seguir. Unos 100 metros más adelante, queda a la izquierda un depósito de agua. La pista de tierra es suficientemente ancha, incluso para vehículos, aunque éstos no se permiten. Este tramo es el más largo y pesado por monótono, no hay ningún lugar con sombra y si normalmente llevamos agua, con días calurosos y con el viento  del Sahara, hay que aumentar la provisión de líquidos e ir bien protegido contra el sol y la calima.
Comienzo de la pista de tierra a seguir.
 Al fondo el depósito de agua
Foto Gom, 2016



El camino discurre por la cresta de una loma que a izquierda y derecha está flanqueada por barrancos que van  a parar a la costa Este de la isla o a sotavento. Estamos dentro del Parque de Jandía. El paisaje es desértico, salpicado en algunos tramos, sobre todo al final, por grupos de arbustos, principalmente tabaibas, unas plantas características de Canarias, y que sobreviven con muy poca humedad. También aparecen algunas cabras que dormitan o comen vaya usted saber el qué. Los animales, algunos de los cuales llevan cencerros,  están solos y no se ve ningún pastor. En el km. 6, se encuentra un pequeño espacio despejado de piedras y maleza con un poste indicador. Es el punto donde los ciclistas deben dejar aparcadas sus bicis.

En el último tercio del recorrido el terreno
está cubierto de arbustos en plena floración
Foto Gom,2016
El camino se va haciendo más estrecho y también más pronunciado y hacia el km. 7 empieza la última etapa,
En el Km. 6, los ciclistas
 deben dejar las bicis
Foto Gom
 al pie del Pico, que aunque corto, es el más fatigoso, al menos para mí, porque una vez subiendo cansinamente y darme la vuelta para descansar, divisé a lo lejos a un individuo que venía corriendo, y que en pocos minutos me alcanzó y siguió corriendo sin inmutarse hasta coronar la cumbre. Me dejó chafado, porque además debía tener mis años más o menos. Siguiendo con este último trecho del camino, decir que al desnivel, hay que añadir que el sendero es estrecho, escarpado, zigzagueante, con revueltas, alternando tramos más o menos lisos con otros de piedras y escalones. Entre los numerosos pedruscos descubro a un lagarto, tan negro como las piedras volcánicas donde, sin inmutarse por mi presencia, se calienta al sol. 

Tramo de escalones en la parte final del recorrido
Foto Gom, 2016

Tras una media hora de subida con paradas, y compartir el estrecho sendero, con numerosos excursionistas que suben o bajan, por fin llego hasta el punto más alto de la isla, ¡el Pico de la Zarza!, ¡y que vistas!. Toda la inmensidad del océano, las dos costas y  las largas playas de la península de Jandía. ¡Una maravilla!. Al llegar al punto más alto, no hay transición a otra ladera, el terreno se corta bruscamente y cae en vertical con un enorme precipicio, hacia la costa de barlovento, con el curioso poblado de Cofete y la espectacular playa. En la cumbre, existe un mojón indicando el vértice geodésico, y un poco más abajo los restos de una caseta y lo que debió ser una instalación de telecomunicaciones. 
Un lagarto majorero tomando el sol.
¿Dónde está la cabeza?
Foto Gom, 2016

No hay ninguna plataforma o zona despejada en la cima, y el espacio transitable no existe apenas. Todos queremos hacernos la foto con el hito geodésico, y tengo que aguardar mi turno un buen rato, ya que algunas personas, aprovechan para sentarse en la base del mojón.

Ya de regreso,  y cuesta abajo, el camino se me hizo largo y pesado, cosa que teniendo compañía podía haber sido más soportable. Aún así, las vistas desde lo alto valió el paseo. De vuelta abajo, en el Centro Comercial contacto con Mar y juntos, antes de irnos a comer, nos tomamos una bendita cerveza fría. 



Panorámica Sur. A la derecha, la espectacular playa de Cofete
Foto Gom, 2016

Panorámica Norte. A la izquierda, costa a barlovento; a la derecha, costa a sotavento.
Foto Gom, 2016 

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lunes, mayo 25, 2020

El año que censuraron a D. Benito Pérez Galdós

En este año "raro, raro", de 2020, se ha cumplido el centenario de la muerte del escritor D. Benito Pérez Galdós. En este artículo, no voy a hablar de su extensa obra e interesante  biografía, sino en un hecho puntual que tuvo lugar en la segunda mitad de 1918, y que me sirve para recordar la figura del prolífico autor.

Durante la Primera Guerra Mundial, 1914-1918, en España se formaron dos bloques de partidarios de uno u otro bando de combatientes, y la prensa española, fue parte significativa de esta dualidad, ya que servía de portavoz de unos u otros. Buena parte de los periódicos perdieron su "independencia", entre otras razones porque eran financiados o bien por dineros de los aliados o de los germánicos. Ambas corrientes de opinión coexistieron durante todo el conflicto, y dieron lugar a réplicas y contra réplicas de unos y otros, que se trasladaban a las tertulias y discusiones de los ciudadanos.

D. Benito Pérez Galdós 
Dibujo del natural por Daniel Vázquez Díaz
El Fígaro, 14/10/1918. BNE

Uno de los periódicos más claramente dirigidos a favorecer la opinión hacia uno de los combatientes, fue un semanario de vida muy corta, que no ocultaba su filiación, porque ya con el título lo decía todo, Los Aliados. Fundado en julio de 1918, cuando el resultado del conflicto se decantaba en favor de las naciones aliadas, terminó su corta existencia en noviembre del mismo año, coincidiendo con el fin del desastre bélico. El semanario tenía como director gerente a Carlos Micó España, un personaje polifacético y oportunista, (emprendedor diríamos hoy), que consiguió que algunos personajes célebres de la época, colaborasen con artículos de opinión en las páginas de la revista.

Los Aliados, 14/09/1918. BNE
D. Benito Pérez Galdós tenía 75 años cuando el semanario anunciaba en su número de 14/09/1918, que en la tirada de la semana siguiente, publicaría un artículo del autor. canario. El escritor gozaba de un prestigio generalmente reconocido y eran sabidas su ideas liberales y filiación aliadófila, por lo que le debió parecer oportuno escribir un artículo de opinión, consecuente con sus ideas y en una revista donde ya habían colaborado personajes tan significativos, como Unamuno, Valle Inclán o Mariano de Cavia.

El sábado 21 de septiembre sale a la venta el semanario y, ¡Oh, sorpresa!, se publica el trabajo de D. Benito, pero con varias zonas en blanco, mutiladas por los censores del Gobierno.

En la portada de la semana siguiente aparecerá, junto con la copia de una carta de Galdós, dirigida al diario El Sol, una nota de "La Redacción de LOS ALIADOS" haciéndose eco de la escabechina sin explicar sus causas, aunque es de suponer que la arbitrariedad de los censores, se basaría en la interpretación de "La Ley de represión del espionaje", promulgada en el mes de julio de 1918, por el gobierno presidido por D. Antonio Maura, y según la cual, el Gobierno podía aplicar la censura previa, a informaciones relacionadas con la guerra europea.

A los espacios en blanco del artículo de Galdós, se unían otros muchos, que semana tras semana, aparecían en las páginas de casi toda la prensa española, por lo que las críticas contra la censura eran cada vez más generalizadas. La acción cometida a una celebridad como Galdós, era una oportunidad única para protestar y pedir la libertad de prensa, por lo que se planteó la organización de un acto de homenaje y desagravio en honor del escritor, incluyendo a D. Miguel de Unamuno y Mariano de Cavia, que también habían padecido las tachaduras de los censores, que curiosamente, censuraban ante todo las noticias negativas para el bando germano.

En la edición de Los Aliados de 5 de octubre, en un artículo se propone "...la idea de rendir un homenaje de admiración y de respeto a los tres maestros...". El acto se anuncia para el domingo 13, del mismo mes.

Los tres homenajeados: Galdós, Unamuno y Cavia
Foto de Campúa, La Esfera, 19/10/1918. BNE

En los siguientes días, se unirán a la convocatoria, numerosos periódicos, políticos y personas de casi todas las tendencias políticas. El acto finalmente será en forma de banquete y se celebrará en el Palace Hotel.

Casi todos los diarios recogerán reseñas, artículos y reportajes sobre el acto. El diario La Correspondencia de España de 14/10/1918, publicaba amplia información: 

ANTES DEL ACTO
Desde antes de la una, los alrededores del Palace Hotel presentaban un aspecto animadísimo. [...]
[...] A la una y media de la tarde comenzaron a colocarse los comensales.
El aspecto del inmenso salón donde debía ser servido el banquete era de una severa suntuosidad. Más de quinientas personas se sentaron a ambos lados de las amplias y larguísimas mesas ricamente adornadas. allí estaban casi toda la intelectualidad madrileña y una nutrida y lucida representación de los partidos políticos de la izquierda, monárquicos, republicanos y socialistas
El Ateneo en masa, numerosos catedráticos, las Redacciones de El País, El Mundo, El Sol, El Fígaro, Heraldo de Madrid, El Liberal, España, El Parlamentario, Diario Universal, Los Aliados y LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, diputados a Cortes, diputados y concejales reformistas con D. Melquíades Alvarez, algunos diputados socialistas, numerosos diputados romanonistas, prietistas y albistas, algunos diputados conservadoress, ..., numerosos artistas, pintores, escultores y poetas, etc. [...]
Imagen del Hotel Palace en la época en que se celebró el homenaje
Editores: Castañeira, Alvarez y Levenfeld (Madrid)
Fuente: Biblioteca Nacional de España
 OFRECIMIENTO DEL BANQUETE
El notable poeta y autor dramático D. Felipe Sassone, redactor de "El Figaro" y de "Los Aliados", ofreció el banquete a los maestros Galdós, Unamuno y Cavia, en términos elocuentísimos. 
 [...] Elogia a Galdós, que desde hace cuarenta años despierta la conciencia nacional escribiendo la historia contemporánea española; a Cavia, costumbrista insigne, cronista de la realidad que pasa y que prestigia con su prosa, del más puro abolengo; y a Unamuno, el filósofo más grande de la España moderna.[...]
[...] Añade que la censura fue aplicada por el Gobierno porque éste no quería que España se pusiera espiritualmente al lado de los aliados.[...]
Llegada de Galdós al homenaje
El Fígaro, 14/10/1918. BNE

Sigue el artículo con mención a las adhesiones recibidas al acto, destacando la enviada por el arzobispo de Tarragona, Sr. López Peláez, tras lo cual pronuncia un discurso el director de La Correspondencia, D. Leopoldo Romeo.  
DISCURSO DE D. LEOPOLDO ROMEO
[...] Comienza diciendo que el castigo mayor para la infamia de la censura es el acto que se está realizando, y que coincide con una gran lección recibida por los Poderes históricos en todo el Mundo.
 Durante cuatro años España ha estado gobernada por el miedo, y a consecuencia de este gobierno de miedo se reúne aquí la intelectualidad española en torno de tres maestros.[...]
 [...]Llevamos cuatro años de un apolítica interior y exterior absurda; de una política donde Gobiernos veletas seguían la dirección de los vientos de los partes oficiales.
Y los que durante cuatro años señalamos a España su deber sin ser escuchados, tenemos derecho a que nos oigan hoy, porque el éxito es nuestro, porque teníamos razón, porque la realidad ha demostrado el fracaso de quienes nos atacaban y nos llamaban locos o traidores.
Este verano, en San Sebastián, he vivido horas muy amargas, viendo cómo la censura-la censura del miedo- llegaba en sus atentados a extremos inconcebibles.
A dos millas de tierra, a la vista del Palacio de Miramar, residencia veraniega del Rey, fue torpedeado y hundido un barco español por un submarino alemán.
Y de ello no se pudo ni hablar ni escribir en San Sebastián, aunque toda la población lo había visto y lo pudo ver también el Rey.
La guerra va a acabar y va a acabar para mal de España, porque la paz no nos encuentra preparados, como no nos encontró preparados la guerra.[...]
 [...]Tengo miedo, mucho miedo, a la paz. Si hubiéramos ido a la guerra, siquiera espiritualmente, hoy iríamos a la paz del brazo de Portugal, nuestro hermano menor.
Pidamos desde aquí, con toda energía, que se defina categórica e inmediatamente nuestra política internacional.
Téngase en cuenta que será la democracia la triunfadora de mañana.
Las naciones grandes serán democráticas y no militaristas, y las pequeñas, o habrán de imitarlas, o sucumbirán víctimas de sus suicidas obstinaciones. [...] 
Galdós junto con el escultor Victorio Macho, autor del
 monumento existente en el Parque del Retiro de Madrid
Portada de El Fígaro, 14/10/1918. BNE 

A continuación, D. Miguel de Unamuno lee los discursos preparados por Galdós y Mariano de Cavia, por las dificultades de ambos para leerlos por sus problemas de salud. De los dos breves escritos, más literarios que políticos, entresaco los párrafos con los que acaban.

   CUARTILLAS DE CAVIA Y GALDÓS

La cuartilla de Galdós termina con estas palabras:
[...]Que descansen de sus heroicidades los señores censores, en la paz de su oscuridad y silencio. Y nosotros, compañeros, los que podemos mostrarnos a la luz sin temor de que el sol nos ciegue ni que nuestro aspecto choque a nadie, sigamos el camino emprendido, que es el de la verdad y la justicia; y no nos detengamos más a arrojar piedras a los perros que salgan a ladrar a nuestro paso, pues la mayor parte de ellos no ladran sino por miedo; y todos juntos, por mucho que puedan y si les hacemos caso, no lograrán a lo sumo sino retardar nuestra llegada al final del viaje, a la vuelta de nuestro ideal de paz en la igualdad y la justicia.
Y la de Mariano de Cavia con éstas:
[...]Así es que, en buen resumen de cuentas, más que por agraviados, por agradecidos debe tenernos la censura. Sus desmanes -más ridículos que ofensivos- nos prestan esta ocasión gratísima para recoger públicamente las flores de vuestro afecto y el laurel de vuestra noble exaltación, y transmitirlos íntegramente a los que luchan, gozando ya los primeros galardones de la vistoria, por el derecho de conquista, por la libertad de los pueblos contra los apetitos de la dominación, por la fuerza moral contra la fuerza bruta, por la Razón y el Derecho contra la sinrazón y la injusticia. ¡Sea señores, para esos paladines el reverente y cordial saludo de todos cuantos aquí nos vemos congregados!
Galdós y Unamuno, rodeados de algunos asistentes al acto
El Fígaro, 1918/14/10. BNE

Tras la lectura de las cuartillas de Galdós y Cavia, llega el turno a D. Miguel de Unamuno que seguía suspendido de sus funciones como rector de la Universidad de Salamanca. El filósofo y escritor cerró el acto, con un esperado, largo y aplaudido discurso. El periódico La Correspondencia, hizo un resumen del mismo, omitiendo algunas partes posible objeto de la censura, y del que extraigo lo que sigue:

[...]Ayer celebró España la Fiesta de la Raza con unos ridículos Juegos Florales...¡Lamentable ocurrencia!
Hoy celebramos los aquí reunidos la Fiesta de la Humanidad, porque la Humanidad vencedora es el principio del fin del despotismo. 
Despotismo no es tiranía franca sino algo peor. Despotismo es régimen secreto, clandestinidad. Los pueblos deben ser gobernados a la luz del día.
El despotismo es siempre imperialista, y todo imperialismo, grande o pequeño, es necesariamente pretoriano.
El Imperio se basa en la disciplina ciega de los de abajo, pero no en la moralidad de los de arriba.
Cuentan que un jefe de Estado joven e inexperto decía a sus maestros: "No soy yo quien debe aprender. Sois vosotros quienes me debéis enseñar".
Yo, como maestro que soy por profesión, digo que es muy difícil, casi imposible, que un maestro enseñe cuando el discípulo no se presta al aprendizaje.
Y así, de este modo, porque no se quiere aprender, se llega a un régimen de horrible y nefasta irresponsabilidad.[...]
Continúa Unamuno refiriéndose a las dinastías reinantes en España, que no quedan bien paradas, calificando a los monarcas de la casa de Austria, de tener un concepto patrimonial de las Españas, y a los Borbones, de mediocres. Sigue la crítica, sin citarlo, a la intromisión política y germanófila de rey Alfonso XIII:
[...]Pero luego se degeneró más todavía y ha sido bajo un régimen habsburgiano cuando se perdieron los restos del Imperio colonial.
Y hoy llegamos a la vergüenza de que todo es ficción y de que los partidos son hechos artificialmente, apenas se da a un político cualquiera un decreto de disolución y se le autoriza así para fabricar una mayoría mansa y muda.[...] 
[...]¿Qué papel ha desempeñado España durante la conflagración a cuyas postrimerías asistimos?
Un papel triste, bochornoso, que llena de duelo y vergüenza mi alma dolorida de español. 
Aquí quizá vamos a liquidar la paz por medio de una guerra civil. A mí no me asusta esta perspectiva, porque España necesita purificarse en un Jordan.[...]
 [...]Dicen que durante la guerra hemos tenido paz. Yo respondo con Maragall, que nuestra paz ha sido triste, inútil paz de la mujer estéril.
Ha entrado dinero en España, dinero para algunos. Deberemos, con la paz, comernos nuestro oro, en vez de pan que no tendremos.
Durante la guerra, el rey de la Legalidad y el rey de la Ruleta han paseado cogidos del brazo era un símbolo. [...]
[...]Estamos en los albores de una Liga Internacional de Democracias, de una Confederación de Repúblicas coronadas o no.
Y esa Liga, esa Confederación, proclama que el derecho a la luz es más sagrado que el derecho al pan.[...] 
 [...]España, quiera o no, si ha de vivir, deberá entrar en esa liga de Naciones. pero antes debe nacionalizarse, adquirir conciencia civil de sí misma.
Mazzini, el gran republicano italiano, dijo que prefería la unidad de Italia a la República.
Y los que aquí estamos, imitándole sólo pedimos al jefe del estado que no dificulte la entrada de España en el concierto de los pueblos libres. [...]
 [...]Todos los que aquí estamos y que representamos a la España que ha triunfado en la guerra y que anhela vivir, decimos:
-Señor: España debe entrar en esa Liga de Naciones como una nación y no como un patrimonio. España necesita arrepentirse de su vergonzosa neutralidad.
"Debéis arrojar a los mercaderes del templo.
Sólo así consentiremos en la ficción monárquica constitucional como transacción entre el ayer y el mañana, como medio de conseguir una evolución pacífica." 
Sólo así, y si no, no. 
Esto le hemos dicho."  
La censura previa, sería suspendida el martes día 15, según el acuerdo adoptado en el  Consejo de Ministros de la semana anterior.

Nota: El discurso pronunciado por Miguel de Unamuno tuvo una gran repercusión informativa. El diario El País de 14/10/1918, hizo una transcripción taquigráfica y más completa que la publicada en La Correspondencia de España en base a las notas del periodista.

Salida del acto de homenaje
Foto: Salazar. El Mundo Gráfico, 16/10/1918. 

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Fuentes:
Prensa: 
Los Aliados
La Correspondencia de España
La Esfera
El Fígaro
Heraldo de Madrid
El Liberal
Mundo Gráfico
El País
El Sol

Webs:
Biblioteca Nacional de España. BNE
Biblioteca Digital Hispánica













  







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lunes, mayo 18, 2020

El robo del Tesoro del Delfín en el Museo del Prado

Buscando información en la prensa de la época sobre la epidemia de 1918, me encuentro con la noticia de que en septiembre de ese año, se había descubierto un robo en el museo del Prado. El objeto del delito habían sido piezas de orfebrería de una muestra conocida como "El Tesoro del Delfín". Al entrar en la web del museo para saber más de la colección, me entero de que había sido restaurada recientemente y que se había creado un nuevo espacio expositivo, que esperaban inaugurar en junio de este singular año 2020. Casualidades.

A primeras horas de la tarde del 20 de septiembre de 1918, el pintor y subdirector del Museo Nacional de Pinturas, (Museo del Prado), D. José Garnelo, se personaba en el Juzgado de Guardia, para presemtar una denuncia por el robo de piezas de una colección expuesta en una de las salas.

Las piezas robadas se exhibían en vitrinas y correspondían al conocido como "El Tesoro del Delfín", una variada colección de artísticos objetos que habían pertenecido al Gran Delfín de Francia, Louis de France (1661/1711) heredero a la corona francesa. Al fallecer antes de acceder al trono, una parte de la colección la heredó su hijo Felipe V (1683/1746), el primer rey Borbón de España. Tras pasar por algunas vicisitudes e incidentes, las piezas acabaron exponiéndose en el Museo del Prado en 1839. 

Piezas perteneciente al Tesoro del Delfín
Imagen tomada de la web del Museo Nacional del Prado
,
https://www.museodelprado.es/

En la misma tarde de la denuncia, el comisario-jefe encargado del caso, Sr. Fernández Luna, se traslada al museo junto con varios agentes. Tras las primeras indagaciones, deducen que el robo puede haber sido cometido en distintos días, y que no es reciente. Como juez especial, encargado de la causa, lo será el juez de guardia el día de la denuncia, el Sr. Félix Ruz.

Como ocurre siempre, las primeras investigaciones comienzan con la toma de declaraciones del personal cercano, vinculado al objeto del robo, y el mismo día, se trasladarán a la Dirección General de Seguridad, vigilantes, celadores y empleados del museo con el fin de prestar declaración, lo que continuará al día siguiente.

De los testimonios obtenidos, se supo que antes que se detectara la falta de objetos en la mañana del día de la denuncia, ya había surgido una sospecha dos meses antes, cuando el vigilante Anselmo Arribas, observó indicios de haberse movido las piezas sobre el terciopelo de las urnas, sin  que entonces se le diera mayor trascendencia.

El día 21 de septiembre, y en base al detallado inventario existente con fotografías, descripción y valoración de los objetos expuestos, se hace publica la relación de los elementos sustraídos, entre los que se encuentran un jarrón, vasos  y copas de cristal. En total 18 piezas grandes. A estas piezas se añadirán otros 26 objetos o adornos de metales nobles, piedras preciosas y camafeos, que el autor o autores del hecho habrían extraído de los objetos expuestos en una segunda vitrina, y cuya sustracción se descubrió al día siguiente del primer hallazgo.

Algunos de los objetos robados según el inventario catalogado del Museo
Fuente: Foto Lacoste. Mundo Gráfico, 25/09/1918. BNE

En los primeros días transcurridos desde el robo y ante la lógica reserva de policía y juez, la prensa recoge supuestos y rumores, en los que no quedan bien parados ni los miembros del Patronato del museo y sobre todo el director y subdirector, los pintores José Villegas y José Garnelo. Ambos serán muy criticados por tener dentro del museo sus propios estudios de pintura, lo que permitiría el acceso sin el debido control, de modelos, dependientes, personal externo y proveedores.

La rumorología popular hará de las suyas, y a ello colaborará el paso por la Dirección General de Seguridad de un variopinto grupo de personas. Además de los empleados del museo serán citados para declarar, anticuarios, joyeros, modelos de pintores, familiares de sospechosos, dependientes de los estudios de pintura, visitantes invitados, copistas, etc. Numerosos escritos anónimos llegaran a las dependencias policiales y juzgado.

El domingo 22, día de visita gratuita al Museo, se cierra al público y se personan en él, miembros del Patronato, el director y subdirector, el comisario-jefe Sr. Fernández Luna, acompañado de varios policías y agentes del gabinete antropométrico, que recogen y guardan en un maletín tres copas y otros objetos con huellas, para su análisis y cotejo.

Imagen tomada el día 22/09/1918 que aparece en el número de la revista Mundo Gráfico de ¿18/09/1918?, cuatro días antes de la toma de la foto. La única explicación que le encuentro
 es que fuera añadida en una edición posterior. de la revista.
Fuente: Fotografía de Campúa.  Mundo Gráfico, 18/09/1918. BNE

La colaboración entre el juez Sr. Ruz, y el comisario Sr. Fernández Luna, pronto dará resultados, y el día 24, un anticuario entrega la pieza de una de las copas desaparecidas y da las primeras pistas sobre el vendedor. Se practican numerosos registros en establecimientos y domicilios, y el día 26 aparecen más objetos y alhajas. Para entonces, y aunque ni policía ni juez confirman nada, los investigadores ya disponían de información sobre el posible vendedor de los objetos y principal sospechoso del robo, de nombre Rafael Coba, y en la noche del día 26 hacen comparecer a su novia Ascensión Rodríguez, quien dará nuevas pistas sobre su pareja.

Rafael Coba, de 28 años de edad y natural de la localidad cordobesa de Castro del Río, llegó a Madrid para hacer el servicio militar en el regimiento de ingenieros. Una vez licenciado, trabajó de escribiente en una notaría y tras fallecer el notario, entró en la compañía de tranvías como conductor, después de ese empleo y superar un examen, pasó a trabajar de celador o vigilante en el museo del Prado, puesto del que había sido despedido o marchado él, por faltar a sus obligaciones. Desde entonces, se dedicaba al juego.

A la izquierda Ascensión Rodríguez, novia de Rafael Coba, el principal sospechoso del robo.
(En el desarrollo del suceso a la mujer se la llamara indistintamente, Ascensión o Asunción)

Fuente: Mundo Gráfico, 02/10/1918. BNE

La información aportada por la mujer, permitirá a la policía seguir los pasos del sujeto, y unos agentes viajarán a Zaragoza en su busca, mientras que otra brigada se desplazará a la localidad de Maqueda (Toledo), donde vivían los padres de Ascensión y con el encargo de localizar un supuesto maletín con joyas del robo.

En Zaragoza, la policía no encuentra al fugitivo, aunque sí al socio con el que había viajado, primero a Valladolid y después a la ciudad aragonesa. El viaje de ambos individuos, tenía como finalidad montar un negocio ambulante de juego con una ruleta. Al no conseguir los permisos en la ciudad castellana, se trasladaron a Zaragoza para montar el tenderete en la feria. El socio, de nombre Francisco Jurado, dirá a los agentes que su amigo le había pedido prestado dinero y había desaparecido. La policía no considera a Jurado implicado en el robo, pero lo traslada a Madrid para prestar declaración.

Tras nuevas declaraciones de Ascensión Rodríguez y tres empleados del museo que mantenían relación de amistad con Rafael Coba, el día 28, el juez Ruz dicta autos de procesamiento contra Coba, junto con tres celadores del museo y Ascensión, ordenando su encarcelamiento, al tiempo que dicta orden de captura del sospechoso del robo.

El domingo 29 de septiembre, y puestos en duda los motivos de tráfico de objetos artísticos, que implicaría a personas de relieve, el robo deja de tener una cobertura significativa en la prensa que lo califica de "robo vulgar y grosero", (Heraldo de Madrid).

Al día siguiente, es publicado un manifiesto de un grupo de artistas, pidiendo al ministro de Instrucción Pública, "la inmediata destitución" del director y subdirector del Museo. Ambos cargos serán sustituidos antes de que acabe el año, por Aureliano de Beruete y Moret (hijo del pintor del mismo nombre), como director y por Fernando Alvarez de Sotomayor, como subdirector.

La detención
Tras seguir varias pistas por distintos puntos del país, la policía finalmente detiene el día 12 de octubre a Rafael Coba, que llegará a Madrid en la mañana del día siguiente. La detención se hará en las instalaciones de la mina "La Culebrina" situada en La Carolina (Jaén), y aunque en los periódicos se narra la detención adornada con aspectos novelescos, el padre del detenido, en una carta dirigida a los periódicos, aclarará que la detención no fue sino el resultado de un acuerdo de familia para que Rafael se entregara. 
Fuente: Mundo Gráfico, 16/10/1918. BNE

En sus primeras declaraciones. el detenido negará ser autor del robo, aunque sí la persona que vendía las joyas y alhajas, pero para el día 15 la prensa publica que se ha declarado único ejecutor y relatado la manera en que accedía al interior del museo. También declarará que únicamente le interesaba el valor monetario de los adornos y metales preciosos de las piezas, y que algunos de los objetos robados, una vez despojados de pedrería y oro, los tiraba a las alcantarillas. El comisario Sr. Fernández Luna, pedirá al servicio municipal correspondiente que se revise la red de alcantarillado.

El día 22 de octubre, se practica la diligencia de cómo entraba al museo Rafael Coba. El diario La Correspondencia de España de 23/10/1918 publicaba lo siguiente:


El artículo seguía describiendo los pormenores de la diligencia practicada:
[...] Poco después de las diez llegó Coba en un coche de punto, acompañado del comisario jefe de la primera brigada Sr. Fernández Luna, un inspector y dos agentes.
El procesado se presentó risueño y satisfecho, como si, en vez de ser autor de un delito criminal, fuera el héroe de una acción noble.
En el patio de máquinas de la calefacción donde esperaban ya el juez y demás personas mencionadas, se permitió la entrada también a los periodistas y fotógrafos encargados de la información. [...]
[...]Momentos después de la llegada de Coba, empezó la diligencia de reconstitución del robo, llevándose a cabo en la forma que había descrito que la realizó el autor.
Se le ciñó al cuerpo un cinturón como los que llevan los bomberos, y desde la puerta de la verja, que como queda dicho, quedaba abierta por la noche, Coba, con gran aplomo y desembarazo penetró en las obras, cogió una escalera de mano, la adosó a la pared del patio de máquinas, y empalmándola con la de hierro fijada a la pared, trepó ágilmente hasta la puertecita de la claraboya, que abría con una ganzúa.
 En seguida penetró en las salas, que, como por la noche, quedan abiertas para su ventilación, recorrió las que conducen a las vitrinas del tesoro del Delfín, y maniobró como lo hizo cuando cometió el robo.
Para abrir las vitrinas se valió de unas llaves de aluminio que se había fabricado él.[...] 
[...]Antes de irse volvió a afirmar que no había tenido cómplices de ninguna clase, y que el robo sólo le ha producido poco más de 3000 pesetas, pues los plateros donde vendía el oro se aprovechaban y le pagaban mal los trozos del mismo.[...] 
Fuente: Mundo Gráfico, 30/10/1918. BNE

Practicada la diligencia, el juez levantará la incomunicación del detenido el mismo día y un buen número de periódicos entrevistarán al ladrón confeso en la cárcel modelo, añadiendo nuevos datos sobre los motivos y forma en que cometió el robo. Ante todo declaraba, que quería poner de manifiesto que el delito lo cometió él solo, y no tuvo cómplices, que la necesidad de dinero y su deseo de vivir y vestir bien le llevaron a planear el pillaje, las copias de las llaves las hizo a partir de unos moldes de cera y que como empleado del museo conocía las rutinas de vigilancia y la hora más propicia. Había repetido la acción entre siete u ocho veces, la primera hacía más de 14 meses y la última en el mes de agosto pasado, cuando ya no era empleado del Museo.

A partir de esta fecha los periódicos dejan de publicar noticias sobre el caso. Otras informaciones más significativas ocupaban las páginas, como el final de la Primera Guerra Mundial y las negociaciones de paz, los coletazos de la epidemia de gripe, las huelgas y conflictividad social, y los continuos vaivenes del gobierno.

En enero de 1920, Ascensión Rodríguez contraerá matrimonio con Rafael Coba, en la cárcel de mujeres.

El juicio
Dos años después del robo, el lunes día 15 de noviembre de 1920, tendrá lugar la vista de la causa. Para el fiscal, Sr. Pérez Martín, los autores del delito son Rafael Coba y los celadores del Museo, Darío Fernández, Alejandro Varela y Félix Velloso. Como encubridores,  acusa a la ya esposa de Coba, Ascensión Rodríguez y al platero Isidro Agruña, receptor de lo robado. Las penas solicitadas para los procesados, serán de 12 años y un día por cada uno de los hechos, cuatro meses y un día de arresto para Ascensión y seis meses y un día de arresto mayor, por cada uno de los 10 delitos para el joyero Agruña. Entre testigos y peritos, estaba previsto que declarasen unas 120 personas.


Entre la documentación de la causa, figura la tasación de los objetos sustraídos, realizada por peritos y en la que la valoración monetaria intrínseca parece muy inferior a la que se suponía.










Tasación en pesetas de los objetos sustraídos
Fuente: Heraldo de Madrid, 13/11/1920

Antes de la celebración de la, vista, Rafael Coba se había retractado de lo manifestado en sus declaraciones anteriores, y aunque reconocía ser quien trataba de vender los objetos, ahora decía que él sólo era el encargado de vender lo que un sujeto le proporcionaba. Apoyaba su nueva versión, haciendo referencia a una carta que le había enviado "su proveedor" cuando ya era el principal sospechoso. En esa carta, que terminaba con un, "Tranquilidad y suerte le desea su buen amigo, Pedro", se le pedía que a cambio de 50.000 pesetas, asumiese la culpabilidad y se inventara cómo accedía al Museo.

-¿Tú, cómo crees que terminará ésto?
- ¡Como todo! Al fin, Coba
Fuente: El Imparcial, 19/11/1920. BNE

En el desarrollo de la vista, el principal procesado mantendrá con firmeza su inocencia como autor del robo, responsabilizando del delito a un supuesto Pedro Lara, en paradero desconocido, y reafirmándose como mero comisionista por su función de vendedor de lo robado, principalmente al joyero Isidro Agruña. 

Tras las declaraciones de inculpados y testigos, el fiscal modificará sus conclusiones en el sentido de considerar los hechos como constitutivos de un sólo delito del que es autor Rafael Coba, y como encubridores, al resto de procesados.

Los abogados defensores mantienen sus conclusiones provisionales de inocencia, a excepción del defensor de Coba, el Sr. Ginés de Haro, que las cambia en el sentido de considerar a su defendido, únicamente como encubridor.

La estrategia de las defensa dará resultado y tras la celebración del juicio, que quedó visto para sentencia el sábado día 20 de la misma semana, el Jurado debió quedar convencido de los razonamientos de los abogados defensores, ya que a Rafael Coba únicamente se le condenó a seis meses de arresto, y dos meses por la parte de indemnización, y el resto de procesados quedaron absueltos. Todos fueron puestos en libertad, incluido Coba, por haber superado en prisión la condena impuesta. 

A raíz de la sentencia, el humor popular acuñó la frase "lo hizo Pedro Lara" para explicar hechos sin un culpable cierto o para echar la culpa a una persona ficticia.

El redactor del periódico La Voz, que firmaba con el seudónimo de "UN ESPECTADOR" publicará un artículo sobre la sentencia cargado de ironía, en el número de 22/11/1920. 
       
Fuentes:

Prensa:
La Correspondencia de España
El Fígaro
Heraldo de Madrid
El Imparcial
El Liberal
La Mañana
Mundo Gráfico
La Unión Ilustrada
La Voz

Web:
Museo Nacional del Prado, https://www.museodelprado.es/