Releyendo la historia de España, abruma la lectura de los acontecimientos que acaecieron en nuestro país durante el siglo XIX, guerras y conflictos bélicos, insurrecciones populares y pronunciamientos militares, dimisiones de mandatarios y cambios de gobierno, clausura de las Cortes e innumerables convocatorias electorales, cambios de Constitución, regímenes varios y distintas Jefaturas del Estado, etc., etc.
Aunque en España no hubo una revolución como la francesa, su ideología, la ocupación napoleónica y la guerra de Independencia, constituyeron el germen de lo que sobrevendría después, con la incorporación del ideario revolucionario en una parte de la sociedad, y los subsiguientes cambios en el ejercicio del poder. Todo el siglo XIX español es una continua evolución de ideas y cambios sociales, que configurarán un nuevo país, con un Estado en revolución intermitente.
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Galería de algunos personajes significativos del siglo XIX español |
En las páginas siguientes recojo los hechos que considero más relevantes de la centuria, procurando no extenderme, (intención difícil de cumplir).
Lo que ocurre en un momento determinado de la historia viene determinado por sucesos y decisiones anteriores, a veces herederas de pasadas décadas. Empezaré este ejercicio por el año de la Revolución francesa, un hecho fundamental para el cambio de mentalidad de la sociedad, que rompió tabúes hasta entonces intocables, iniciando una nueva era en un agitado siglo XIX.
1789
El 14 de julio el pueblo de Paris asalta la fortaleza de la Bastilla, dando comienzo la Revolución Francesa. El 26 de agosto, la Asamblea Nacional Constituyente, promulga la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, recogiendo los principios de la soberanía nacional, la igualdad de los ciudadanos ante la ley, la libertad y la separación de poderes, entre otros. El texto, con 17 artículos, se inspiraba en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América.
Toma de la Bastilla
Pintura de Jean Pierre Houel
Source gallica.bnf.fr / Bibliothèque nationale de France
1792
En noviembre, el guardia de Corps, Manuel Godoy con tan sólo 25 años y protegido de la reina María Luisa de Parma, sustituye como secretario del Consejo de Estado (equivalente a primer ministro), al conde de Aranda que, a su vez había relevado al experimentado conde de Floridablanca.
El nombramiento de Godoy, ascendido a teniente general sin haber participado en ningún conflicto, sorprendió a los estamentos del poder y nobleza, desconcertados por la manera en que había accedido al más alto cargo gubernamental, alguien sin experiencia en tareas de gobierno, y extraño a las clases dominantes, encumbrado por la imposición de la reina consorte, con la complacencia del rey Carlos IV, dedicado a sus cacerías y manualidades.
Poner al frente de la nación a una persona sin experiencia en tareas de gobierno, y sin la erudición y capacidad necesarias, traería funestas consecuencias inmediatas, y más aún, considerando la convulsa situación provocada por la Revolución Francesa.
Desconcertados y temerosos de que las ideas revolucionarias francesas llegasen a las masas populares, los gobiernos de esta época, y especialmente el del conde de Floridablanca, se apoyarán en la Inquisición, para censurar las publicaciones sospechosas de alentar la ideología revolucionaria, y para controlar a los viajeros procedentes de Francia.
1793
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El general Antonio Ricardos (1727-1794) Pintura de Francisco de Goya Fuente: Museo Nacional del Prado |
El 7 de marzo, la Convención francesa hace una primera declaración de guerra a España, en base a extrañas razones. La monarquía española había intentado salvar al monarca francés, derrochando enormes cantidades de dinero para sobornar a personajes franceses influyentes, pero el rápido desarrollo de los acontecimientos en Francia, con los exaltados jacobinos detentando el poder mediante el terror, derivó en la ejecución el 20 de enero de Luis XVI. El gobierno español osciló entre el deseo de intervenir junto con otras naciones o en mantener la neutralidad, como defendía el conde de Aranda, e incluso el joven Godoy.
El conflicto, al que se le ha llamado, entre otros nombres, guerra de los Pirineos, empezó favorablemente para España, con la ocupación de gran parte del Rosellón, por las tropas al mando de general Antonio Ricardos, pero tras este comienzo favorable que no se supo gestionar, en 1794, los franceses tomaron la iniciativa ocupando varias poblaciones españolas, y llevando el conflicto a una situación de estancamiento, que forzó el tratado de paz que se firmará en Basilea en 1796, regresando a las fronteras previas al conflicto.
Como parte del acuerdo de paz, y a cambio de las provincias vascas ocupadas, España cedió a Francia, la parte española de Santo Domingo. Un hecho más simbólico que real, por la situación de abandono de la isla.
Como recompensa al favorito Manuel Godoy, por llegar a los acuerdos de paz, tan favorables para España, Carlos IV le otorgó el título de Príncipe de la Paz, el título más apreciado por el advenedizo personaje.
1796
En Francia manda el Directorio, que había sustituido a la Convención como forma de gobierno. España oscila entre apoyar a Inglaterra en su conflicto con Francia, o por lo contrario, firmar con esta última un tratado de ayuda mutua. Finalmente, y en base a las acciones poco amistosas que Gran Bretaña y sus corsarios, habían estado realizando durante años contra los intereses españoles en América, y en las propias costas peninsulares, así como por el ensueño de Carlos IV en poder restituir la monarquía francesa, se pacta con Francia un tratado de alianza ofensiva y defensiva, que es ratificado en La Granja de San Ildefonso el 18 de agosto. El tratado únicamente recogía el apoyo español a los franceses en su conflicto contra Inglaterra, manteniendo la neutralidad respecto al resto de países en guerra. Lo cierto es que Francia necesitaba de la fuerza naval española para contrarrestar el dominio inglés del Mediterráneo, y que poca o nula rentabilidad iba a obtener España de esta alianza, supeditada a los intereses del vecino francés.
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Vista del Palacio de La Granja de San Ildefonso 1852-1858 Acuarela de Martín Rico y Ortega Fuente: Museo Nacional del Prado |
Con fecha 7 de octubre se publica el llamado Manifiesto contra la Inglaterra, que realmente era una declaración de guerra de España.
1797
El 14 de febrero, la flota naval española compuesta por 25 navíos, procedentes de las costas mediterráneas, es atacada en las proximidades del cabo de San Vicente, por una flota inglesa de 15 barcos al mando del almirante Jervis. La escuadra española del Mediterráneo estaba al mando de D. José de Córdova y Ramos, que había sustituido precipitadamente al hasta entonces comandante de la flota D. José de Mazarredo, cesado y trasladado a El Ferrol, por poner de manifiesto en sus informes, el mal estado de los buques, y la urgente necesidad de adoptar medidas para la reparación y renovación de la flota.
Fuese por el mal estado de los buques, la desafortunada toma de decisiones de D. José de Córdova, la mejor preparación y disposición de los marinos y navíos ingleses, o todo junto, el caso es que al terminar el día y cesar los combates, la marina inglesa había apresado cuatro de los mejores barcos españoles, y había desarbolado al Santísima Trinidad, la nave capitana, considerado el navío de combate más grande de Europa, con 130 cañones. En los días siguientes no se retomó el combate, pese a que la escuadra española disponía de efectivos suficientes, según los ingleses. Algunos historiadores consideran que el resultado del combate fue mucho más calamitoso para España, que la derrota de Trafalgar.
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Combate del cabo de San Vicente, el navío Pelayo acude en auxilio del navío Santísima Trinidad. Pintura de Antonio de Brugada. 1858. Fuente: Museo Naval. España
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Como consecuencia, D. José de Córdova, fue degradado y cesado del servicio. Por contra, D. José de Mazarredo fue restituido y nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas navales y destinado a Cádiz. En esta ciudad pudo España desquitarse en parte de la derrota de San Vicente, al repeler los ataques de la escuadra inglesa al mando del comodoro Nelson, entre los días 3 y 10 de julio.
En el marco del conflicto, Inglaterra consiguió su correspondiente botín, al apoderarse de la isla de Trinidad, con lo que obtenía una base estratégica para seguir pirateando y causar perjuicios al comercio naval hispano. Un intento parecido para tomar Puerto Rico, se convirtió en un rotundo fracaso para los ingleses con la pérdida de numerosos hombres y armas.
De nuevo, el 24 de julio, la armada inglesa al mando de Nelson y tras su fracaso en la toma de Cádiz, intenta conquistar Santa Cruz de Tenerife, fracasando en el intento y capitulando. En la lucha Nelson sufre la pérdida de un brazo. El general de la plaza D. Antonio Gutiérrez, siguiendo los acuerdos de la capitulación, proporcionó los medios para la curación de los ingleses, así como el avituallamiento de los barcos británicos para poder zarpar de Canarias.
1798La labor de desgaste del embajador francés, así como algunos desacuerdos con el monarca y la excesiva exposición en la acción de gobierno, provocan la inesperada dimisión del primer secretario de estado, Manuel Godoy, el 28 de marzo.
Será sustituido primero por el ministro de Hacienda, Francisco Saavedra y casi de inmediato por Mariano Luis de Urquijo, que no contaba con la aprobación de la jerarquía eclesiástica, y que tendrá un destacado protagonismo en los siguientes años.
El 10 de noviembre, una escuadra inglesa procedente de Gibraltar se hace con el control de la isla de Menorca.
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El paseo de las Delicias 1884-1885 Francisco Bayeu y Subías Boceto preparatorio para tapiz Fuente: Museo Nacional del Prado |
La figura de Manuel Godoy ha sido objeto de todo tipo de críticas y ataques, influenciados casi siempre por la manera en que accedió al cargo y su carrera fulgurante. Pero más allá de los pocos aciertos y muchos fracasos en su actuación política, en una época de grandes convulsiones, es justo reconocer durante sus mandatos, avances en el orden intelectual, educativo, científico y en la enseñanza, así como la protección de oficios, y la introducción de innovaciones en sectores productivos y en la fabricación de manufacturas.
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Melchor Gaspar de Jovellanos Cuadro de Francisco de Goya Fuente: Museo del Prado |
Uno de los nombramientos de Godoy, antes de su cese, fue el jurista Gaspar Melchor de Jovellanos como titular del ministerio de Gracia y Justicia, quien se propuso reformar los estudios universitarios y acabar con la arbitrariedad de los procesos de la Inquisición. Por desgracia, Jovellanos, fue relevado del cargo en agosto y enviado de regreso a Asturias. Con posterioridad se culpará a Godoy del destierro y prisión en Baleares del intelectual asturiano, acusación que el Príncipe de la Paz negará en sus memorias.
En el aspecto económico, continuaba la situación del déficit crónico del Estado, con gastos que superaban en mucho a los ingresos y que los continuos conflictos bélicos no ayudaban a minorar. Los ministros de Hacienda de turno trataban de evitar la bancarrota, con la emisión de empréstitos y creación de nuevas tasas e impuestos.
Nuevos progresos en medicina y la demostrada eficacia de las vacunas contra la viruela, propiciarán una Orden a favor de que se procediera a vacunar a la población, durante el mes de diciembre, para prevenir la endémica enfermedad.
1799
La alianza de la monarquía española con la república francesa, provoca que el zar de Rusia Pablo I, declare la guerra a España el 15 de julio. Afortunadamente, las derrotas sufridas por las tropas rusas en Holanda, Alemania y Suiza, a manos de los generales franceses, supondrán un paraguas para el conflicto bélico con los rusos, que no llegaron a intervenir en el territorio español.
Bibliografía (Autor/es. Título
del libro. Edición. Lugar de publicación: Editorial; año).
-- - Javier Tusell; Rafael Sánchez Montero. Historia
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- José Gómez de Arteche. Historia General de
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- - Modesto Lafuente; Juan Valera. Historia General
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- Antonio Alcalá Galiano. Historia del levantamiento, revolución y guerra civil de España. Tomo I. Madrid. Librería de D. Leocadio López, 1861.
- Memorias de Don Manuel Godoy, Príncipe de la Paz.
Tomos I-III. París. Librería Americana de Lecointe y Laserre. 1839.