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jueves, noviembre 16, 2023

Cronología de la Historia: 1809-1. El año de la confusión (cap. 15)

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1809

Empieza 1809 con las tropas imperiales persiguiendo al general inglés Moore y sus fuerzas, quien creyendo no poder vencer al ejército napoleónico, y no confiando en las inexpertas fuerzas españolas, mal vestidas, mal aprovisionadas y mal armadas, decide retirarse hacia La Coruña, para embarcar rumbo a Inglaterra. En la caótica retirada, los soldados británicos, rota la disciplina que les caracterizaba, causarán estragos y violencia en las poblaciones por las que pasen.

Vista sur de La Coruña desde cerca del convento de Santa Margarita
Grabado por Henri Merke, coloreado por Francis Lee? 
Retoques: recorte lámina, aumento brillo, refuerzo
Fuente: National Army Museum
En este año, la Junta Central, establecida de forma permanente en Sevilla, procurará reorganizar, una y otra vez, los restos de los cuerpos de ejércitos españoles, ejercer funciones de gobierno e intentar regular, sin éxito, mediante la publicación de un reglamento, el dispar funcionamiento de las juntas provinciales, cuya denominación pasará a ser el de Juntas Superiores de Observación y Defensa. La hetereogenidad y cantidad de miembros de la Junta Central, se traducirá en una desconfianza hacia la misma, planteándose la necesidad de crear un órgano ejecutivo reducido, por lo que en noviembre se formará dentro de la propia Junta, una Comisión ejecutiva compuesta por seis vocales, presididos por el marqués de la Romana, que tampoco obtendrá un apoyo unánime.

En el aspecto militar, España echará en falta el liderazgo de un general en jefe, capacitado y respetado por todos. Los numeroso enfrentamientos, entre las fuerzas invasoras y españolas, acabarán con resultados, casi siempre, favorables a las tropas imperiales. La clara desventaja en campo abierto, originará el aumento de ataques a pequeña escala, de partidas de guerrilleros, quadrillas, somatenes y miqueletes, que aprovecharán la abrupta orografía de la Península, y el mayor conocimiento del terreno, para debilitar la moral del enemigo, entorpecer sus abastecimientos, y hostigarles con escaramuzas por sorpresa. Éstas acciones se extenderán por toda la geografía peninsular, de tal manera que, los franceses nunca tendrán el control completo del territorio ocupado.  

Por segunda ocasión, los invasores intentarán la toma de Zaragoza, para lo cual dispondrán de numerosas tropas y artillería, al mando del mariscal Moncey, sustituido en enero por el mariscal Junot y posteriormente por el mariscal Lannes. Las hostilidades comenzaron el 19 de diciembre de 1808 y se prolongarán dos meses, hasta la claudicación de la ciudad en el mes de febrero.

 

Defensa del convento de Santa Engracia de Zaragoza, 1809
Cuadro de Nicolás Megía Márquez (1845-1917) 
Fuente:  ©Museo Nacional del Prado

Enero
Entre los días 1 y 2, las tropas francesas acampan en Astorga, congregándose unos 70-80.000 soldados, incluyendo unos 15.000 jinetes. Napoleón establecerá su cuartel general durante unos días, y detendrá su avance, al recibir preocupantes noticias del rearme de los ejércitos de Austria, lo que le obligará a cambiar de planes. Encargará a los mariscales Soult y Ney la persecución del ejército inglés, y regresará a Valladolid, donde entrará el día 6. En la capital castellana permanecerá hasta el día 17, en el que partirá hacia Francia, dejando multitud de instrucciones para sus generales, y su hermano José, a quien restablecerá en el trono español, obligando a que las autoridades civiles y eclesiásticas, demuestren el acatamiento a la nueva monarquía. No volverá a pisar suelo español.
Los prisioneros ingleses en Astorga son presentados a Napoleón
Cuadro de Hyppolite Lecomte (1781-1857)
Chateau de Versailles
En los primeros días del año, hubo graves disturbios en Lérida*. El día 1, y a plena luz del día, hacen su entrada en la ciudad varios prisioneros franceses, cuya presencia sirve para que el capitán Ramón Gómez, soliviante los ánimos de los ciudadanos que, acaban asaltando el castillo donde estaban recluidos los cautivos. Al no encontrarlos, ya que se les había puesto a salvo de las iras de los alborotadores, acaban asesinando al oidor de la Audiencia de Barcelona, D. Manuel Epifanio Fortuny, a su esposa, hijo y otras personas, acusadas de afrancesados. La revuelta duró tres días, en los que los amotinados bajo el caudillaje de Gómez, cometieron todo tipo de tropelías, llegando a nombrar un nuevo rey. La sublevación terminó, tras la llegada de unos 300 soldados enviados por el general Reding. Los principales cabecillas fueron severamente castigados, y el cabecilla, tras sufrir pena de horca, fue decapitado y descuartizado, colgada su cabeza en Lérida, y partes de su cuerpo en Balaguer, Cervera, Gerona y Tortosa.
* Conocido como el motín del Femeret, tuvo un carácter revolucionario. Bajo la justificación de que las autoridades y personas influyentes de la ciudad, tenían un plan para entregarla a los invasores, el pueblo llano se sublevó, asaltó el castillo, apoderándose de los fusiles, y ya armado, se apoderó de las carnicerías, depósito de granos, etc. 
Lérida. Castillo de la Suda o del Rey
Fuente: Guía de los escenarios de la Guerra del
Francés en Cataluña

Con el fin de evitar sucesos, como los acaecidos en Lérida y numerosas poblaciones, en las que individuos con intereses oscuros, instigaban a las gentes para cometer actos vandálicos, injusticias, robos y asesinatos, la Junta Central promulgará, en varias ocasiones, disposiciones para prevenirlos. 

Día 2. Combate de Castellón de Ampurias (Gerona). A finales de diciembre, las tropas del marqués de Lazán, habían desalojado de la localidad un batallón francés de unos 300 soldados. Al retirarse los franceses, son atacados por los miqueletes de Juan Clarós, que estaban emboscados en el camino, matando, hiriendo o apresando a la mayoría.

Para vengar la afrenta, el día 1 de enero, el general Honoré-Charles de Reille, sale de su acuartelamiento en el castillo de Figueras, con más de 4.000 hombres y artillería, dispuestos a recuperar Castellón de Ampurias. Anulada la sorpresa, las fuerzas españolas atrincheradas, con unos 7.000 defensores y 276 jinetes, rechazan las embestidas francesas. Pasadas seis horas sin avances y con pérdidas humanas, el general Reille decide retirarse.
  
Día 9. Las relaciones de colaboración con el Reino Unido quedan refrendadas, con la firma en Londres, de un tratado de paz y alianza entre España y Gran Bretaña.

Día 12. Es fusilado en Cuenca, el teniente coronel José Santiago, quien había encabezado días antes, una sublevación del ejército del Centro, al mando del general Manuel Lapeña. La rebelión pudo contenerse, al ceder Lapeña el mando al duque del Infantado
El saqueo de Uclés
Cuadro de Carlos Isidro Muñoz de la Espada (Valdepeñas, 1984)
Fuente: carlosisidro.com
Día 13. Fuerzas francesas al mando del mariscal Victor derrotan en Uclés (Cuenca), a tropas del ejército del Centro, al mando del general Venegas, sufriendo una sangrienta derrota. A la carnicería de los soldados, seguirá la de los habitantes del pueblo y el expolio del monasterio*, sede de la Orden de Santiago. Venegas y el duque del Infantado, a quien se acusaba de no acudir en ayuda, estando a escasos 15 km., se reprocharán mutuamente la responsabilidad del desastre. La visión de los prisioneros, capturados y enviados a Madrid, supusieron un golpe de realidad para los madrileños, minando las esperanzas de quienes esperaban desalojar a los invasores.
* Especial fama tenían por su crueldad, los dragones, (soldados que combaten a caballo) del general Milhaud, tan despiadados como su jefe. Tampoco ayudaba la fama de sanguinario, del mariscal Victor. 

 Día 14. Ingleses y franceses campan a sus anchas por la Península Ibérica. El juego del ratón y el gato entre el mariscal Soult y el general John Moore, llega a su fin en La Coruña, pero antes de enfrentarse ambos contendientes, Moore ordenará hacer estallar dos polvorines llenos de pólvora, situados en los altos de Peñasquedo, causando muerte y destrucción. La decepcionante incursión británica de Moore, no sólo no ayudó a expulsar a los invasores, sino que se convirtió en una desgracia, para las poblaciones por donde pasaron sus soldados. 

En esta fecha, y mediante Real Decreto, la Junta Central publica, la creación de un Tribunal extraordinario de seguridad pública.  

Día 16. Batalla de Elviña (La Coruña). Las tropas del mariscal Soult entablan combate con los británicos en La Coruña. Las fuerzas de Moore conseguirán contener a los franceses, y finalmente podrán embarcar, pero no así John Moore, gravemente herido por una bala de cañón que le destroza el hombro, y que días después provocará su fallecimiento. Los franceses ocuparan, aunque por poco tiempo, toda Galicia, a la que seguirá la ocupación parcial de Asturias

Entierro de John Moore
Fuente: Meisterdrucke

Día 22. José I, que hasta entonces había quedado a la sombra de su hermano, instalado en el palacio del Pardo, hace su entrada en Madrid, recibiendo mejor acogida que en la primera ocasión. El largo recorrido, hábilmente organizado, convocará a numeroso público, y el alto clero y autoridades rendirán pleitesía a José I, que será recibido en la sacramental de San Isidro.

Por su parte, la Junta Central en Sevilla publicaba una orden en la que se reconocía la igualdad entre los distintos territorios de España, no considerándose colonias o factorías a los situados en América, Asia y Oceanía, adjudicándoles la misma capacidad representativa. Con esta medida, la Junta trataba de agradecer a las provincias americanas, la cuantiosa ayuda económica prestada para sostener los costes de la guerra. 

Día 29. Fuerzas del ejército de Extremadura, que el general Cuesta había conseguido agrupar y entrenar, desalojan a los franceses de los alrededores de Almaraz, tomando el control de su monumental puente de dos ojos, cuyo paso, había sido dificultado días antes por el general Galluzo, y que ahora se decidía anular por completo, demoliendo uno de los dos arcos. La desafortunada acción, provocó el derrumbe del puente y la muerte por ahogamiento de 26 operarios. 
Lámina con el puente de Almaraz o de Albalat
El monumental puente se terminó de construir a mediados del siglo XVI, y tras la destrucción del ojo Norte en 1809, fue reconstruido en 1845.
Fuente: "Tratado de fortificación", traducción del libro de John Muller: "A treatise containing the practical part of fortification", realizada por el ingeniero militar, D. Miguel Sánchez Taramas en 1769, con adición de notas y láminas propias.
Biblioteca Nacional de España 
 

Febrero
Día 3. La Junta Central, continuaba esforzándose en impedir actos violentos y revueltas populares, que promovidas por personas de toda condición, afectaban  a la convivencia de las ciudades. A tal fin, publicará un Real decreto, recordando la validez y aplicación de la Real Pragmática Sanción de 17 de abril de 1774, a la que adicionará 20 artículos. 
Primera hoja del RD de 3 de febrero de 1809
               Fuente: Archivo Histórico Nacional
Días 16-25. En Tarragona, el capitán general Teodoro Reding, que había reforzado sus regimientos con soldados provenientes de Mallorca y Granada, había seguido una prudente política de contención, priorizando la instrucción de los futuros combatientes, y mejorando la intendencia, con el aumento de recursos, equipamientos y vestuario. La aparente inacción de los franceses, tras un mes de enero con numerosos enfrentamientos, algunas ventajas obtenidas por los españoles en varias acciones aisladas, y la impaciente presión popular, junto con el anhelo de la siempre esperada y nunca lograda, sublevación de Barcelona, movió al general y sus mandos a diseñar una operación de alcance, para desalojar al mariscal Saint-Cyr de las zonas ocupadas que protegían la ciudad condal. El plan de campaña trazado, consistía en envolver a las tropas francesas acampadas en el Penedès, con una larga línea de contención de unos 15.000 hombres, que abarcaría desde Tarragona hasta Montserrat, obstaculizando el abastecimiento de Barcelona, al tiempo que las tropas acantonadas en Tarragona, atacarían a los franceses que también serían hostigados por los somatenes. Esta línea de tropas quedaron al mando del general Juan Bautista de Castro.

Mapa de la batalla de Valls (1)
(Clicar para agrandar)
Fuente: Instituto Geográfico Nacional 
La ambiciosa operación militar se desarrollará durante varios días, en los que se producirán varias acciones bélicas, en los que al principio, las tropas españolas ocuparán las zonas abandonadas por los franceses, que concentrarán sus efectivos en terreno más propicio para su poderosa caballería. Los avances españoles hacia el llano produjeron la pérdida de la ventaja que el terreno montañoso les ofrecía, y ocasionó la ruptura de la dilatada línea de contención, haciéndola vulnerable, con lo que las tropas mandadas por Reding, Castro y el general José Joaquín Martí, tuvieron que preparar un plan de retirada hacia Tarragona, que derivó el día 25, en una batalla en las proximidades de Valls. El resultado de los combates, costó la vida a más de 2.000 soldados españoles, con la pérdida de numerosos oficiales, y el propio general Teodoro Reding sufrió graves heridas, que le costaron la vida semanas más tarde. Toda la artillería cayó en manos del enemigo, y la derrota obligó a militares y civiles a refugiarse en Tarragona, provocando hambrunas y enfermedades.
  
Día 17. La Junta Central, releva del mando de tropas al ineficiente duque del Infantado, que es relevado por el conde de Cartaojal, quien agrupará un ejército de cerca de 20.000 efectivos con unos 3.000 jinetes. Recibirá el nombre de Ejército de la Mancha, y el duque de Alburquerque formará parte del mismo por poco tiempo, ya que la rivalidad y celos entre los generales, hará que Cartaojal lo aleje de su lado, encomendándole reforzar al ejército de Extremadura del general Cuesta.

Día 18. Acción de Mora de Toledo. El duque de Alburquerque con la mitad de  la caballería del Ejército de la Mancha, sorprende a unos 500 dragones franceses bajo el mando de general Dijon, causándoles numerosas bajas.

Heroica defensa de la torre de San Agustín
en Zaragoza en la Guerra de la
 Independencia

Cuadro de César Alvarez Dumont (1866-1945)
Fuente:©Museo Nacional del Prado
Día 20. Capitulación de Zaragoza. Tras más de dos meses de feroces combates, en los que perecieron miles de defensores, y con la práctica totalidad de la ciudad destruida, asolada por el hambre y las enfermedades*, la Junta de personalidades, que había tomado el mando, al enfermar gravemente el general en jefe, José de Palafox, firmó la capitulación de la ciudad, acatando las 11 disposiciones que impuso el mariscal Lannes. Terminaba el segundo sitio de Zaragoza. Al día siguiente, 21 de febrero, las tropas vencedoras ocuparon una ciudad en ruinas, y los zaragozanos derrotados, desfilaron delante de los vencedores, haciendo entrega de las armas. Soldados y oficiales debían prestar juramento de obediencia al rey José I para quedar libres. Este segundo sitio, con cuantiosas pérdidas humanas de los defensores, también ocasionó grandes bajas a las tropas imperiales, con una importante pérdida de sus mandos. A la capitulación, y pese a lo acordado en su articulado, siguieron los acostumbrados actos de barbarie y venganza contra los zaragozanos, así como el saqueo y pillaje de bienes y dineros. El general Palafox, fue hecho prisionero y conducido a Francia en cautividad, donde permaneció preso, en Vicennes, hasta el final de la guerra. Tras la caida de Zaragoza, los franceses ocuparon el resto de Aragón, aunque pronto comenzarían las resistencias.   
La ciudad presentaba un espectáculo espantoso; varios barrios, destrozados por las minas, no eran más que ruinas sembradas de miembros mutilados. La suciedad, el aire viciado, la miseria y el hacinamiento de más de 100.000 almas, en una ciudad que normalmente sólo contenía 40.000, las privaciones y la fatigas inseparables de un largo asedio, todas estas calamidades dieron lugar a una espantosa epidemia que consumió lo que la guerra había perdonado. En medio de las ruinas y cadáveres con que estaban cubiertas las calles, se veían deambular algunos habitantes, pálidos, demacrados, y macilentos, que parecían destinados a acompañar a los muertos, a los que ya no tenían fuerzas para enterrar...           Jean-Baptiste Jourdan. Mémoires militaires du maréchal Jourdan.  Sourcegallica.bnf.fr / BnF   
Los defensores de Zaragoza
Cuadro de Maurice Henry Orange (1867-1916)
Fuente: Musée Thomas Henry, Chebourg-en-Cotentin

Sucesos de Cádiz
Dibujo de José Passos Valero (1862-1928)
Fuente: Historia de España en el siglo XIX
Francisco Pi y Margall e hijo
Día 22. En Cádiz se produce una sublevación por parte de los ciudadanos, provocada por un cúmulo de circunstancias, y promovida por personas con intereses espurios. En el fondo del asunto, estaba la intención de la Junta Central, de realizar un reclutamiento forzoso de los gaditanos, quienes disponían de su propia milicia. La excusa desencadenante, fue la llegada a la ciudad del Regimiento de Voluntarios Extranjeros, a los que se impidió la entrada en la ciudad, al divulgarse el rumor de que se iba a entregar la defensa a una guarnición extranjera, unido al malestar existente en la ciudadanía, por la actuación prepotente y poco sensata* del marqués de VillelJuan Antonio de Fivaller y Taberner, comisionado por la Junta de Sevilla para recaudar fondos. Los altercados duraron tres días, en los que los amotinados intentaron asesinar al marqués de Villel, que se refugió en el convento de capuchinos. Peor suerte corrió el comandante José Heredia, por su parentesco con Godoy, y destacado por su persecución del contrabando. Finalmente, los tumultos fueron sofocados por los batallones de voluntarios de Cádiz, bajo las órdenes del gobernador Félix Jones, con la ayuda del fraile capuchino, fray Mariano de Sevilla, y del cónsul británico.
* Villel dictó una porción de intempestivas órdenes, ya prohibiendo diversiones, ya censurando la conducta y vestido de las mujeres, ya persiguiendo a las que eran o le parecían de dudosa moralidad, órdenes todas muy fuera del círculo de la misión que por la Central se le había encomendado. Historia de España en el siglo XIX. D. Francisco Pí y Margall y D. Francisco Pí y Arsuaga. 
Acción de Consuegra. Siguiendo con su plan de realizar cortos ataques con ventaja, para foguear a sus hombres, el duque de Alburquerque sale airoso de un enfrentamiento con fuerzas del mariscal Sébastiani

Día 27. Deseando emular las correrías del duque de Alburquerque, el conde de Cartaojal, emprende diversas acciones por las mismas zonas de la Mancha, sin obtener los resultados perseguidos. Tras un encuentro ganador, el día 24, contra lanceros polacos destacados en Los Yébenes (Toledo), será atacado por las tropas napoleónicas al mando del general Sébastiani, que perseguirán, acorralarán y desperdigarán sus fuerzas en Ciudad Real, El Viso y Santa Cruz de Mudela. Los restos de los maltrechos regimientos se reagruparán en la zona de Despeñaperros.   
Despeñaperros
Cuadro de Carlos de Haes (1826-1898)
Fuente:©Museo Nacional del Prado
Las sucesivas derrotas de las milicias españolas, en el Centro, Cataluña, y la caída de Zaragoza, inclinaron a numerosas instituciones civiles y religiosas, a ponerse al servicio del rey José. A estas alturas del año 1809, la soberanía nacional en la Península, quedaba limitada a Andalucía y parte de Extremadura.

Marzo
Día 5. Topas del mariscal Soult, atacan a una facción del ejército del marqués de La Romana, en las cercanías de la villa orensana de Monterrei, capturando diez cañones, abundante munición y numerosos prisioneros, a los que días después pondrá en libertad, para no retrasar la marcha hacia Portugal.

Día 15. Bloqueo de Tuy (Pontevedra) por tropas españolas.

Día 17. Acción de Mesas de Ibor (Cáceres). Tropas del ejército de Extremadura, al mando del duque del Parque, protegidas por las cortaduras a  la izquierda del río Ibor, se enfrentan a la división de fuerzas alemanas del mariscal Leval, intercambiando disparos de fusilería y fuego artillero con seis cañones, ocasionando importantes bajas al enemigo. Ante la imposibilidad de aguantar las embestidas de los imperiales, los defensores deberán retirarse y abandonar cuatro cañones, despeñándolos.

Día 20. Acción de Villafranca (León). Tropas en retirada, del ejército del marqués de La Romana, al mando del brigadier Gabriel de Mendizábal, consiguen la rendición de la guarnición francesa de la ciudad, que contaba con más de 1.000 soldados. La afortunada acción, debidamente exagerada, sirvió de estímulo para fomentar los ataques de partidas de paisanos y guerrilleros, que en definitiva provocarían el levantamiento de Galicia. 

Día 21. Acción de Miajadas (Cáceres). A la vista de las numerosa fuerzas imperiales del mariscal Victor, el general Cuesta abandona sus posiciones cerca de Trujillo. En el repliegue, la retaguardia española será hostigada constantemente por la caballería ligera de la vanguardia francesa. Pero en las proximidades de la localidad de Miajadas, los regimientos del Infante y los dragones de Almansa, se sobreponen y rechazan a los atacantes, acuchillando a unos 130-150 soldados de las fuerzas invasoras.
"La Degollá"
Cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964)
El cuadro representa la carga de los jinetes de Almansa contra los jinetes
del 10º regimiento de cazadores francés
Fuente: augustoferrerdalmau.com
Día 22. Capitulación de Jaca. Tras la deserción de la mayor parte de la guarnición, el gobernador interino Francisco Campos, entrega la ciudadela al enemigo, y con ella, la ciudad, sin presentar resistencia. Los franceses, en número de unos 1.800,  al mando del oficial ayudante de Junot, M. Lefaivre,  habían llegado el día anterior*.
* Acompañaba a los militares franceses el monje agustino recoleto, José Ibáñez, fray José de la Consolación, quien se había destacado en la defensa de Zaragoza, y gozaba de gran popularidad entre los aragoneses. Algún autor (Toreno) le atribuye haber sido el inductor de la deserción de la soldadesca jacetana. De vuelta en Zaragoza, y adscrito a la basilica del Pilar, en noviembre de 1809, fue hecho prisionero por los franceses, y fusilado por éstos, cuando lo trasladaban a Francia.   
Batalla de Medellín
Ilustración de H.F.E. Philippoteaux (1815-1884)
Fuente: A. Thiers, Histoire de l'Empire

Día 28. Batalla de Medellín (Badajoz). El ejército de Extremadura, al mando del general Gregorio de la Cuesta, reforzado con tropas del duque de Alburquerque, plantean batalla a los franceses en las llanuras de Medellín. Los combatientes españoles quedan desplegados en arco, con los regimientos de caballería en las alas y sin tropas de reserva. Tras la contención inicial y progresión siguiente, con especial intervención de la infantería española, que actuó con intrepidez y audacia, haciendo retroceder a los imperiales, la inesperada y caótica retirada de los regimientos de caballería de Almansa y el Infante, al ser atacados por lo dragones franceses, así como la huida de dos escuadrones de cazadores imperiales de Toledo, provocarán la confusión y la desbandada general, con la subsiguiente acometida a saco de los franceses. La victoria de los imperiales se saldó con más de 10.000 muertos y cerca de 2.000 prisioneros. Como revancha por sus compañeros acuchillados días antes en Miajadas, los jinetes e infantes franceses degollaron o sablearon a todo soldado español a su alcance. Los combates duraron unas cinco horas, y de no haberse desatado una fuerte tempestad, que obstaculizó el movimiento de los atacantes, el número de bajas hubiera sido casi total. Durante años permanecieron los huesos de los fallecidos en los campos de Medellín. Pese a la nueva derrota del autoritario y enérgico Cuesta, protagonista de varios fracasos asoladores, la Junta Central le ascendió a capitán general, y le confirió también el mando del ejército de la Mancha, al haber depuesto al conde de Cartaojal, tras los reveses sufridos por éste en Ciudad Real*.
* En otras partes de Europa, dos batallas como las de Medellín y Ciudad Real habrían producido la sumisión del país, y los ejércitos victoriosos habrían podido continuar sus operaciones. En España sucedía lo contrario: cuanto mayores eran los reveses sufridos por los ejércitos nacionales, más dispuestas se mostraban las poblaciones a sublevarse y tomar las armas, y, cuanto más terreno ganaban los franceses, más peligrosa se volvía su posición. Ya las comunicaciones con el general Sébastiani estaban interceptadas, ya varios oficiales, varios correos y algunos destacamentos habían sido masacrados...  Jean-Baptiste Jourdan. Mémoires militaires du maréchal Jourdan.  Sourcegallica.bnf.fr / BnF.   
Retrato de Pablo Morillo
Cuadro de Horace Vernet (1789-1863)
Fuente: Museo del Hermitage
En este mismo día y en Galicia, partidas de paisanos, consiguen liberar la ciudad de Vigo, rindiéndose los franceses al capitán Pablo Morillo, al que hubo que ascender a coronel, para que el oficial francés accediera a rendirse con un igual. Se entregaron 1.259 militares, entre soldados y oficiales imperiales.

Día 29. El ejército francés, al mando del mariscal Soult, toma la ciudad portuguesa de Oporto, provocando una masacre, en la que perecerán cerca de 20.000 personas, y capturarán 197 cañones.

Abril
Día 9. El mariscal Gouvion Saint-Cyr, manda convocar a las autoridades civiles y militares de Barcelona, al objeto de que presten juramento de lealtad al rey José. Al negarse la mayoría de los reunidos, serán destituidos de sus puestos, detenidos, encarcelados en Montjuich y posteriormente conducidos a Francia.
Heroísmo de las autoridades de Barcelona el 9 de abril de 1809
Grabado de Francesc Fontanals (1777-1827) Dibujo de Antonio Rodríguez (1766-1834)
Retoques: recorte lámina, refuerzo imagen, aumento brillo
Fuente: Historia crítica de la Guerra de la Independencia en Cataluña 

Día 12. La Junta Central de Sevilla, emite un decreto que ataca con dureza a los obispos que habían abrazado la causa bonapartista, amenazando con acusarles de alta traición.

Día 16. Disturbios en Granada contra la Junta Central. Los franceses abandonan Tuy.

Día 22. Desembarco en Lisboa del ejército británico, al mando de sir Arthur Wellesley, el futuro duque de Wellington. 

Continúa en cap. 16

Bibliografía (Autor/es. Título del libro. Edición. Lugar de publicación: Editorial; año).

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- Javier Tusell. Rafael Sánchez Montero. Historia de España. El Siglo XIX. De la Guerra de la Independencia a la Revolución de 1868. Tomo XII. Edición para Biblioteca El Mundo. Pozuelo de Alarcón (Madrid), Editorial Espasa Calpe, 2004.

- Francisco Pi y Margall, Francisco Pi y Arsuaga. Historia de España en el siglo XIX. Barcelona. Miguel Seguí-Editor. 1902.

- Jean-Baptiste Jourdan. Mémoires militaires du maréchal Jourdan (guèrre d'Espagne), écrits par lui mème, publiés, d'après le manuscrit original, par M. le Vte. de Grouchy. Paris. Ernest Flammarion, Éditeur. 1899.

- Modesto Lafuente; Juan Valera. Historia General de España. Desde los tiempos primitivos hasta la muerte de Fernando VII. Tomo XVII. Barcelona. Montaner y Simón Editores, 1889.

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 - Jose María Queipo de Llano, conde de Toreno. Historia del levantamiento, guerra y revolución de España. Biblioteca de autores españoles. Tomo LXIV de la colección. Madrid. M.Rivadeneyra-Impresor-Editor, 1872.

- John S.C. Abbott. History of Joseph Bonaparte. New York. Harper & Brothers Publishers. 1869.

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Antonio Alcalá Galiano. Historia del levantamiento, revolución y guerra civil de España. Tomo I. Madrid. Librería de D. Leocadio López, 1861.

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- Joaquín Blake y Orbaneja. Apuntes históricos sobre las operaciones del Ejército de Galicia desde su organización en Junio de 1808 hasta Noviembre del mismo año. Madrid. Imprenta y esterotipia de M. Rivadeneyra, 1858.

- Miguel Agustín Príncipe. Guerra de la Independencia, narración histórica. Tomo segundo. Madrid. Imprenta del siglo a cargo de Ivo Biosca. 1846.

- Estanislao de Kostka Vayo. Historia de la vida y reinado de Fernando VII de España. Madrid. Imprenta de Repullés.1842. 

- Fernando Merás. Cuadro Histórico-Cronológico de la Guerra de la Independencia. 1838.

- Sección de Historia Militar. Estados de la organización y fuerza, de los ejércitos españoles beligerantes en la Península, durante la guerra de España contra Bonaparte. Barcelona. Imprenta de la viuda de D. Antonio Brusi, 1822.

- Gazeta Ministerial de Sevilla.

- Gazeta de Madrid. 


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